Una historia breve.
Por estos días hace un año que un amigo me escribió citándome a un gran autor, algo que ahora publico yo como una posible respuesta.
Cuando escribí acá la cita de Levrero no recordaba que él, mi amigo, ya me la había hecho leer.
Pensando en este tren circular que me hace bajar hoy en la misma estación que hace un año, trato de descifrarme. El tiempo me dibuja surcos. Cuando la leí por primera vez estoy segura de que la discutí, que me pareció tremendista, alejada de mis credos, de lo que necesitaba creer para vivir. Seguramente por eso no quedó registrada en mí. No se me incrustó. Hoy, un año después, se me presenta como una dolorosa respuesta que puede ser muy verdad.
Me conmueve de mí misma que siga quedando un pequeña sombra de duda y al terminar la cita escriba un ¿sí?
¡Qué marcas las de la vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario