miércoles, 28 de enero de 2009

una certeza

sólo se conserva lo que no se amarra




(robada de alguna canción de Jorge Drexler)

lunes, 26 de enero de 2009

sábado, 24 de enero de 2009

Eduardo Galeano, a veces...



Plomo impune
Eduardo Galeano, Brecha (Montevideo)


Para justificarse, el terrorismo de estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelita usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina.
Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.
Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa.
No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros.
¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quien mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional , ¿existe?
¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.
Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra.
Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas.
Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.
(Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró)

viernes, 23 de enero de 2009

para hoy, una hermosa canción

esta señora, que ha sido la dueña de nuestro propio hit del verano, hace canciones que son hermosas, sencillas y hermosas.
Dejo una que yo siento como un besito que alguien te da.
Espero que sea de su agrado. Pulse play.



Vambora (1998)
Adriana Calcanhotto

Entre por essa porta agora
e diga que me adora
Você tem meia hora
pra mudar a minha vida
Vem vambora
que o que você demora
é o que o tempo leva

Ainda tem o seu perfume pela casa
ainda tem você na sala
porque meu coração dispara
quando tem o seu cheiro
dentro de um livro
“ Dentro da noite veloz”

Ainda tem o seu perfume pela casa
ainda tem você na sala
porque meu coração dispara
quando tem o seu cheiro
dentro de um livro
na “Cinza das horas”

jueves, 22 de enero de 2009

cuando mamá cumple años



yo la llamo y le digo "felicidades mamá"
y vuelvo a no estar, pero estoy
y pienso en nosotras dos
madre e hija
yo sólo soy hija porque ella existe, sino no sería nada. Una salió de la otra. Es decir, yo salí de ella. Carne de su carne, para convertirme más tarde en su sudor, sus lágrimas y espero también que de vez en cuando su satisfacción.
y ahora lejos, seguimos siendo madre e hija, que se encuentran y desencuentran. Que pelean y se buscan. Que se necesitan.
y tenemos reproches, temores y también risas.
su risa, como su estornudo, es contundente y lo llena todo, no deja ni un huequito de la habitación sin impregnar de su carcajada.
Benévola, portadora de cariños hechos receta.
El espejo donde de vez en cuando me miro. El regazo que busco a mi manera para sentir que nada malo ha de pasarme si ella está.

Su trabajo es eterno. Firmó y parió y nunca más dejó de ser mi mamá.
Feliz cumpleaños.

miércoles, 21 de enero de 2009

ya está bien de vacaciones

No es fácil volver... aunque me gusta escribir. Por eso lo haré de a poquito.
Hoy diré:
saldadas quedaron las cuentas de cañas, sushi y vino dulce.
Madrid es hermoso y forma parte de mí, soy su hija a la que las fronteras le aprietan y debe ignorarlas, de ahí mi lejano destino.
Mis amigas del alma lo siguen siendo y así será por los siglos de los siglos.
Las extraño.
Soy coopropietaria de un coche heredado, junto con mi hermano lindo, lo cual me hace muy feliz, aunque me haría más feliz que el coche estuviera en Montevideo, pero eso es un detalle menor. No obstante sé que él, el gran Albertovsky, rey de la selva (entre otros lugares) lo cuidará y protegerá para que deje de gritar como un cochino jabalí.
El Cabo Polaco-Polonio me abrazó. Como dijera la gran Kramercita, primero te absorbe, luego te escupe.
Estoy en la fase escupida, que me trajo de vuelta a tareas montevideanas que me cuesta retomar.
Entre esas tareas está la nada desdeñable labor del darse cuenta, ¿de qué? pues de que estuve allí, abracé, me abrazaron y volví. ¿Parece fácil, no? pues nada fácil. Una vuelve cuando le da la gana y a este cuerpecito le ha dado la gana de volver 17 días después de que el avión aterrizara en el aeropuerto internacional de carrasco... vaya cosas... ya me explicaron, el tiempo no existe, medida irreal creada por locos pretenciosos que trataban de abarcar lo que no se puede... y luego quieren que entendamos, no hay nada que hacer, más que deshacer.

Crónica desordenada de persona desordenada. De a poquito Cristi, de a poquito.