lunes, 25 de abril de 2011

malos, ya no estamos para vosotros

Hace algunos años ya que descubrí en una pared montevideana una frase que me acompañaría para el resto de mi vida.
Aprendí que la palabra es nuestro bien más generoso. Que una tiene tantos países como su corazón sea capaz de albergar.
Que extrañar es un deporte de alto riesgo que te lleva a las cimas más altas. Que la decepción forma parte del camino y que éste te da mucho más de lo que te quita. Aprendí ítacas, adioses, bienvenidas. Mañanas de sol y mañanas de lluvia. Hoy casi ayer empezando mañana.
Aprendí perdón y adios.
Que en el mundo siempre hay lo que merece la pena.
Que el corazón no quiere entonar más retiradas, y que, "compañeros, la vida siempre puede más"

Así que para aquellos que no se cansan de imaginar mejores mañanas.
http://www.youtube.com/watch?v=stZi3-7fQDk

viernes, 8 de abril de 2011

Recomendación

http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/el-documental-comprar-tirar-comprar/983391/

Lo recomiendo porque a veces me siento perdida, porque busco una salida a tanto callejón, porque cada telediario es peor que el anterior, porque colectivizar me suena a gloria, porque estoy segura de que lo podemos hacer un poquito mejor.

Si lees esto, por favor, casi te lo suplico, mira este documental (son 52 minutos), un ratito, una inversión de tiempo, y luego piensa, difunde y envíame todo lo que creas que pueda aliviarme esta sinrazón.
Gracias.

viernes, 25 de marzo de 2011

abajo

A mi alrededor leo muerte. No la muerte dulce de los libros, no la apasionada de los versos. Muerte de la otra. De la de fusilamiento. De la de bombardeo. De la que no es cobijada. De la de guadaña. De la que no deja más que vacío. Mucho peor el vacío que el dolor.
Si miro más, veo injusticia. Injusto por aquí, injusto por allá. De la más grande injusticia a la más pequeña. Esa última, por cotidiana casi me vacía más.

Siento una profunda y recíproca incomprensión. Yo no entiendo y ellos no me entienden.

Y así es imposibe. Imposible.
Y ahora enfado: desde luego, escribir para decir esto...

jueves, 20 de enero de 2011

mi verbo preferido

Ya me di cuenta. Mi verbo preferido es volver. No ir, no. Volver. Porque es un lazo. Una piolita que tira de tí hasta que vuelves. Y cuando te vas vuelves a volver.
Y en las vueltas de la vida, algunas cosas siguen oliendo igual. Y otras saben como siempre supieron. Y el abrazo es más abrazo. Y hasta las cosas son más cosas.
Y todo pareció dormido en una profunda siesta invernal. En esa siesta en la que yo me fuí a volver.
Y me voy a pasar la vida volviendo. Ya lo sé.