lunes, 25 de abril de 2011

malos, ya no estamos para vosotros

Hace algunos años ya que descubrí en una pared montevideana una frase que me acompañaría para el resto de mi vida.
Aprendí que la palabra es nuestro bien más generoso. Que una tiene tantos países como su corazón sea capaz de albergar.
Que extrañar es un deporte de alto riesgo que te lleva a las cimas más altas. Que la decepción forma parte del camino y que éste te da mucho más de lo que te quita. Aprendí ítacas, adioses, bienvenidas. Mañanas de sol y mañanas de lluvia. Hoy casi ayer empezando mañana.
Aprendí perdón y adios.
Que en el mundo siempre hay lo que merece la pena.
Que el corazón no quiere entonar más retiradas, y que, "compañeros, la vida siempre puede más"

Así que para aquellos que no se cansan de imaginar mejores mañanas.
http://www.youtube.com/watch?v=stZi3-7fQDk

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