Vuelvo a casa de mis padres. Ellos viven en el quinto piso. Quinto piso en el que crecí. Entro al ascensor, sin pensar marco el tercero. Llego al tercero, me doy cuenta de que ya no es Libertador, ni tercero. Sonrío levemente. Le doy al botón que corresponde.
Aprendí a ser de más de un sitio.
Una bella amigafamilia me escribe, -no quiero más ausencias-. Yo le respondo, -las ausencias hablan de presencias-. Porque así necesito pensarlo y sentirlo.
1 comentario:
Animos, guapa, Madrid es maravilloso en Otoño y además es una ciudad que te deja ser suya sólo cuando tu quieres.
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