miércoles, 16 de julio de 2008

Había una vez Cuatro Pacas



La primera se llamaba Clara y la llamaban Clarita o "pero si es muy bonito Clari". Canceriana, capaz de vivir este ratito que tenemos con una intensidad inconmensurable. Ella debió inventar la palabra melodrama. Su hija y mi sobrina se llamará Escarlata. Escribe en el "InMundo". Conductora oficial del Equipo A. Extraviada de a ratos en el camino del mal hispano-oseatelojuro. Su nevera siempre nos alimentó, como su risa.

La segunda responde al nombre de Arantxa o Arantxuli. Es una cronopia, sobre todo porque ella no lo sabe. Es imposible no contagiarse con su risa. Quien está cerca corre el peligro de recibir algún que otro golpe mientras que ella se ríe hasta con las pestañas. La más diestra de las Cuatro Pacas en cualquier cosa que implique coordinación y/o habilidad.

La tercera es la Gran Eva, Evatxu, Evurri, Evita. Poseé el don del humor. Capaz de poner un chiste en los peores momentos, razón por la cual las demás siempre la buscamos. Fotógrafa sin par. De su pasaje por Barcelona-Cosmopolita le quedó ese halo de glamour. Tiene teorías tan revolucionarias como afirmar que "en las piernas nunca se tiene frío". Junto con la de Clara, en su nevera nunca nos faltó un buen jamón (de pato en los momentos de auge) y una tortillita francesa.

La cuarta, c´est moi. Para el resto de las Pacas, respondo al nombre de Cristi y/o Pelo. Me fui de excursión con la manía de llevarme a las demás en mi mochila. Tengo por costumbre acordarme de mi Equipo A a la 1:17 de la mañana y escribir pelotudeces en el ciberespacio para así creerme que estoy un poquito más cerca.

Son mis amigas y son las mejores. Más tatuajes, esta vez no lingüísticos sino mentales.

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