Sin duda el calendario gregoriano tiene la culpa de todo. Al menos de esta sensación de que de un minuto al siguiente, doce uvas mediante, empieza algo nuevo, y sin embargo tan viejo como los minutos que recién pasaron.
En cualquier caso, no seré yo una modernilla que quiere renegar de los consabidos repasos anuales que se hacen en esta fecha.
Lo bueno y lo malo en dos columnas. Y que las fuerzas supranaturales nos alumbren para ver siempre la columna de lo bueno más llena.
Entre los ítems a destacar y empezando por lo malo, descubrí este año qué es el dolor (no físico) que no te deja casi respirar. Descubrí, también, cómo se sale de él. Descubrí que la redención y el perdón son fáciles de otorgar, sin embargo las cicatrices quedan adornando nuestro cuerpo. No hay por qué temerlas, nos hablan de nosotros mismos y ni siquiera son feas. Sé con certificado que siempre hay una amiga que está dispuesta a cruzar cualquier charco que se interponga para darte un abrazo.
Descubrí algo que ya venía intuyendo, que en alguna de mis otras vidas (espero haberlas tenido) nací del lado de allá. El uruguayismo profundo que me habita no puede ser tan sólo producto de estos años pasados, debe estar cobijado por algún tiempo paralelo que desconozco. Una amiga uruguaya con carnet, dice que soy más oriental que ella y a mí se me hincha el pecho. Ya ves tú.
Descubrí que las distancias son absolutamente relativas. Unos metros pueden ser años luz y 9.953 kilómetros, ahí al lado.
Me enteré de que Michael Jackson fue escuchado por mi inconsciente en mi adolescencia mucho más de lo que yo creía.
Sé ahora, que los aviones son de ida y vuelta y nunca se sabe a ciencia cierta cunándo estás yendo y cuándo volviendo.
Creo adivinar una extraña relación entre los siguientes verbos: extrañar, pertenecer, ser y estar. ¡Atención! no incluí doler.
Las cajas con nuestros recuerdos y nuestras pertenencias más táctiles se pueden enviar a cualquier parte del mundo para que nos acompañen.
El frío encoge y el calor expande.
Que sobre todas las cosas y al final de todas mis historias quedo yo, mi mejor casa, queriendo y notando los quereres de quienes me habitan. Y eso ha de ser lo único que de verdad importa.
Vamos allá a por el año par. Buena suerte.
jueves, 31 de diciembre de 2009
lunes, 28 de diciembre de 2009
De luces y relojes
Cuando el reloj recorre las horas ya cansado del día, la luz en el Mediterráneo es distinta. Distinta a la de aquella plaza loca que visité, distinta a mis atardeceres sobre la plata de mi río, distinta a la del Atlántico Sur a la misma hora.
En este mar tan cantado, la luz es cálida, quiere oscilar entre el rojo y el rosa como si hubieran subrayado el cielo. Un mar amable y sonriente, lejano del enojo en el que a veces cae su primo atlántico.
Espero atenta las horas del reloj en atardeceres. No importa lo que marque, mi trabajo es más difícil, debo juntar meridianos y paralelos y agazapada, saltar de alegría cuando sea la 1:21. Aunque los relojes digitales de este mundo (que no del mío) se hayan puesto de acuerdo para pasar de la 1:20 a la 1:22, yo sé que algún día van a ser la 1:21. Hora capicúa, hora de confesar quereres, la hora en la que nada puede salir mal.
En este mar tan cantado, la luz es cálida, quiere oscilar entre el rojo y el rosa como si hubieran subrayado el cielo. Un mar amable y sonriente, lejano del enojo en el que a veces cae su primo atlántico.
Espero atenta las horas del reloj en atardeceres. No importa lo que marque, mi trabajo es más difícil, debo juntar meridianos y paralelos y agazapada, saltar de alegría cuando sea la 1:21. Aunque los relojes digitales de este mundo (que no del mío) se hayan puesto de acuerdo para pasar de la 1:20 a la 1:22, yo sé que algún día van a ser la 1:21. Hora capicúa, hora de confesar quereres, la hora en la que nada puede salir mal.
sábado, 26 de diciembre de 2009
Sin título
Cuando viajas se puede producir la magia. Miro mis pies y pienso en la tierra y los kilómetros. Me convierto por carreteras desconocidas en todo lo que quiero ser. Observo atenta, me fascino, hablo, callo, trato de aprender. Veo paisajes que hasta entonces no existían. En un preciso instante le encuentro sentido a casi todas mis vidas. Soy magia por un tiempo. Mi trabajo es recorrer.
Luego vuelves. A veces con las ganas de tu cama y tu rostro en tu propio espejo.
Siempre tengo unos días de tristeza después de cada viaje. Es más, a la mañana siguiente, después de la primera noche en casa (sea lo que sea eso) siento un terrible vacío. El mismo vacío que sienten los niños después de un domingo de muchas actividades, cuando llega la hora de los deberes, la ducha, la cena y la odiada y amada escuela al día siguiente. Creo que es miedo a que no vuelva a suceder, a pesar de que de grande, dicen, todo depende de tí.
Y hablando de tristeza, libro en estos días, una batalla ya habitúal para mí. Yo contra los kilómetros. Ellos se empeñan en querer hacerme ver la realidad. Que cada uno mide mil metros y que cuando ascienden a 9.953, los miles de metros son una cantidad a tener en cuenta. Sin embargo cada día yo desafío estos números. Me empeño en estar y pertenecer. En los dos extremos de los nueve mil.
Y sucede la explosión de sentimientos, anhelante por no estar, queriendo fuertemente cebar un mate para unos cuantos pedazos de mi vida, y feliz de ver cada día a mis perteneceres de acá y el pobre corazón no sabe si reir o llorar, si decidir o simplemente esperar.
A veces pienso que simplemente estoy en un paréntesis. Y fíjense lo que una vez leí sobre los paréntesis:
Lo mejor, lo más gustoso es lo que se dice entre paréntesis. Allí están las pequeñas confesiones, las afirmaciones
no oficiales de literatos y autores, las dudas que corrompen las teorías y permiten superarlas, la poesía dejada
caer en el ensayo árido, el guiño humano de ojos hecho al lector. Fuera y dentro del texto trabajan los paréntesis,
ese es su lugar privilegiado.
Constanza Farfalla
(de la revista Paréntesis)
Y ya no digo más nada, por si acaso.
Luego vuelves. A veces con las ganas de tu cama y tu rostro en tu propio espejo.
Siempre tengo unos días de tristeza después de cada viaje. Es más, a la mañana siguiente, después de la primera noche en casa (sea lo que sea eso) siento un terrible vacío. El mismo vacío que sienten los niños después de un domingo de muchas actividades, cuando llega la hora de los deberes, la ducha, la cena y la odiada y amada escuela al día siguiente. Creo que es miedo a que no vuelva a suceder, a pesar de que de grande, dicen, todo depende de tí.
Y hablando de tristeza, libro en estos días, una batalla ya habitúal para mí. Yo contra los kilómetros. Ellos se empeñan en querer hacerme ver la realidad. Que cada uno mide mil metros y que cuando ascienden a 9.953, los miles de metros son una cantidad a tener en cuenta. Sin embargo cada día yo desafío estos números. Me empeño en estar y pertenecer. En los dos extremos de los nueve mil.
Y sucede la explosión de sentimientos, anhelante por no estar, queriendo fuertemente cebar un mate para unos cuantos pedazos de mi vida, y feliz de ver cada día a mis perteneceres de acá y el pobre corazón no sabe si reir o llorar, si decidir o simplemente esperar.
A veces pienso que simplemente estoy en un paréntesis. Y fíjense lo que una vez leí sobre los paréntesis:
Lo mejor, lo más gustoso es lo que se dice entre paréntesis. Allí están las pequeñas confesiones, las afirmaciones
no oficiales de literatos y autores, las dudas que corrompen las teorías y permiten superarlas, la poesía dejada
caer en el ensayo árido, el guiño humano de ojos hecho al lector. Fuera y dentro del texto trabajan los paréntesis,
ese es su lugar privilegiado.
Constanza Farfalla
(de la revista Paréntesis)
Y ya no digo más nada, por si acaso.
jueves, 10 de diciembre de 2009
mensajes cifrados
me doy cuenta de que las palabras pueden contener mensajes cifrados hechos de instantes que no son retratados pero sí guardados. Se guardan con letras. Se elevan hasta ser guiño. Y cuando no están alrededor los objetos, ni el tiempo, ni el lugar, quedan ellas, las palabras, juguetonas e irresistibles. Las que pueden doler y pueden besar. Deben ser lo más próximo a un beso que no es un beso, lo más parecido a un golpe que no es un golpe. Hermosas las palabras cuando son bien usadas.
Un ejemplo:
Híbridas aquéllas, cuyos caminos encontrados recitan amargos de cañas y huyen en taxímetros tartamudos, bajo garúas instaladas. Una vez, dos veces y así…ciento ochenta y siete.
Fragosa distancia, dura de labrar… sagaces nosotras.
M.I.R. (Ch)
Un ejemplo:
Híbridas aquéllas, cuyos caminos encontrados recitan amargos de cañas y huyen en taxímetros tartamudos, bajo garúas instaladas. Una vez, dos veces y así…ciento ochenta y siete.
Fragosa distancia, dura de labrar… sagaces nosotras.
M.I.R. (Ch)
miércoles, 9 de diciembre de 2009
jugando con las palabras
De una lista...
Autoría en coproducción.
Palabras:
oquedad, candor, augurio, azogado, heterónimo, implacable, irreverente, exasperante, ignoto, celaje, palacete, antediluviana, mella, eclosión, tugurio, cántaro, baladí, sendo, mensura, proscenio, turbación, deslumbrante, malograr, consentir y borBOTONES.
Texto:
En la oquedad que me presta tu candor tiendo al augurio de lindos amaneceres, azogados de luna. Heterónimas nosotras, de implacable sonrisa e irreverente mirada. El tiempo exasperante que no te me da, es ignoto si tú no estás y cuando imploro al celaje un palacete hecho de tu olor, que ha de ser antidiluviano en mi recuerdo, hace mella la soledad cuando es desoído mi lamento. Sólo sé de la eclosión de tu voz que es mi himno, mientras vago por los tugurios del no estar y llevo mi cántaro lleno de tu futuro. Baladí la opinión de quien no cree y sendos su camino y el de la desesperanza. Que nadie me pida mensura cuando en el proscenio de mi teatro recite de memoria las palabras sabidas y las creencias aprendidas y no vayan a alterarse si descubren turbación en mi mirar deslumbrante, que supe malograr mi corazón para ahora poderle consentir salir a borbotones.
Autoría en coproducción.
Palabras:
oquedad, candor, augurio, azogado, heterónimo, implacable, irreverente, exasperante, ignoto, celaje, palacete, antediluviana, mella, eclosión, tugurio, cántaro, baladí, sendo, mensura, proscenio, turbación, deslumbrante, malograr, consentir y borBOTONES.
Texto:
En la oquedad que me presta tu candor tiendo al augurio de lindos amaneceres, azogados de luna. Heterónimas nosotras, de implacable sonrisa e irreverente mirada. El tiempo exasperante que no te me da, es ignoto si tú no estás y cuando imploro al celaje un palacete hecho de tu olor, que ha de ser antidiluviano en mi recuerdo, hace mella la soledad cuando es desoído mi lamento. Sólo sé de la eclosión de tu voz que es mi himno, mientras vago por los tugurios del no estar y llevo mi cántaro lleno de tu futuro. Baladí la opinión de quien no cree y sendos su camino y el de la desesperanza. Que nadie me pida mensura cuando en el proscenio de mi teatro recite de memoria las palabras sabidas y las creencias aprendidas y no vayan a alterarse si descubren turbación en mi mirar deslumbrante, que supe malograr mi corazón para ahora poderle consentir salir a borbotones.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Señales
Iba yo llegando a mi nueva casa de la ventana amarilla cuando de repente un gato me miró. Él me dijo algo en gatuno que yo no entendí del todo, pero venía a ser algo como "todo está bien". Así que subí a casa, otra vez el tercero, y me comí un kaki. Antes no había kakis, pero ahora sí. Antes no había parquímetros que privatizan el espacio público pero ahora sí. Antes quería ser primavera pero ahora es invierno otra vez. Y digo yo que ese es el señor Cronos que requiere de mi resistencia para las nuevas calles. Yo lo acepto porque ese es el trato. Lo que hay, lo que hubo y lo que habrá, esos son mis mejores motivos. Hoy dije "no es el momento de abandonar los sueños". Mirá vos lo que ando diciendo... Y ando y nado tienen las mismas letras.
sábado, 28 de noviembre de 2009
Fíjense...
Fíjense qué paradójico. Ahora resulta que llorar es igual que abrazar. Y ojo que esto no es cuestión de masoquismo. Es que cuando no puedo abrazar con los brazos, abrazo con los ojos, y cuando los ojos no pueden ver lo que no está delante, uso las lágrimas para decir lo que dicen los abrazos.
Así es, llorar ya no es malo, llorar es mi manera de abrazar desde mi adentro a los de lejos. Es un acto íntimo, solitario de dos. Del que no se entera y mío.
Y seguir camino riendo y con los ojos limpios de tanta bella lágrima.
Así es, llorar ya no es malo, llorar es mi manera de abrazar desde mi adentro a los de lejos. Es un acto íntimo, solitario de dos. Del que no se entera y mío.
Y seguir camino riendo y con los ojos limpios de tanta bella lágrima.
jueves, 12 de noviembre de 2009
Lindas equivocaciones
Vuelvo a casa de mis padres. Ellos viven en el quinto piso. Quinto piso en el que crecí. Entro al ascensor, sin pensar marco el tercero. Llego al tercero, me doy cuenta de que ya no es Libertador, ni tercero. Sonrío levemente. Le doy al botón que corresponde.
Aprendí a ser de más de un sitio.
Una bella amigafamilia me escribe, -no quiero más ausencias-. Yo le respondo, -las ausencias hablan de presencias-. Porque así necesito pensarlo y sentirlo.
Aprendí a ser de más de un sitio.
Una bella amigafamilia me escribe, -no quiero más ausencias-. Yo le respondo, -las ausencias hablan de presencias-. Porque así necesito pensarlo y sentirlo.
viernes, 6 de noviembre de 2009
Atestado
El mundo, este mundo mío, está atestado de seres hermosos.
Lo digo sabiéndolo y disfrutándolo. Vaya alegría grande. Y sigo caminando.
Ver para creer.
¿Verdad que sí? - le pregunto al jacarandá...
Lo digo sabiéndolo y disfrutándolo. Vaya alegría grande. Y sigo caminando.
Ver para creer.
¿Verdad que sí? - le pregunto al jacarandá...
jueves, 5 de noviembre de 2009
Joaquín mira la luna
Le conocí hace tiempo. Era pequeño y regordete. Pero los años no pasan en valde. Y a él le sucedió esa cosa que se llama adolescencia. Se estilizó, se le puso cara de hombre, se ahondó su hoyuelo, le salió bigote, de ese que es un primer esbozo. Él no quiere ir a la escuela. Hace rato que debería haberla terminado, pero él no quiere. Me doy cuenta de que ahora el camino es otro. Aún así trato de convencerle para que vaya, pero sé que es inútil. Ya demasiado grande, demasiada vergüenza en el desfase. Ahora el empeño ha de ser otro. Convencerle para que se conserve limpio como es. Para que huya de los líos que le acechan. Para que siga diciendo no a la pasta base. Para que encuentre algo que hacer y que le guste. Yo sé que él podrá porque es especial. Y si no, miren esto.
Lo encuentro en la noche montevideana. Yo sentada en un banco, en la Plaza del Entrevero, conversando con otro ser hermoso. De repente pasa él, me reconoce y se para. Nosotras le invitamos a sentarse. Lo hace y empezamos a conversar. Ella comenta - detrás de aquellos edificios está la luna escondida. Dentro de un rato se verá - Joaquín se queja porque aún no la puede ver. Le digo, - cuando te vayas, si vas hacia aquel lado y te das la vuelta, la verás -. Me mira y no dice nada más. Seguimos conversando de otras cosas largo rato, hasta que decide irse. Nos despedimos con un beso y un abrazo. Él comienza a caminar. Le miro alejarse. De repente, se da la vuelta y busca la luna. La mira, se sorprende y en la lejanía, nos busca a nosotras, para sonreírnos y señalarnos ese redondel blanco, como diciéndonos - ¡ahí está! -. Nosotras levantamos los brazos, -¡sí, ahí está!- Él queda rato mirándola, sigue caminando, la vuelve a mirar, nos dedica una última mirada y con un adiós y se pierde en la noche.
Montevideo. Joaquín. La luna. El banco. La Plaza. La compañía. Yo. El camino que sigue.
Lo encuentro en la noche montevideana. Yo sentada en un banco, en la Plaza del Entrevero, conversando con otro ser hermoso. De repente pasa él, me reconoce y se para. Nosotras le invitamos a sentarse. Lo hace y empezamos a conversar. Ella comenta - detrás de aquellos edificios está la luna escondida. Dentro de un rato se verá - Joaquín se queja porque aún no la puede ver. Le digo, - cuando te vayas, si vas hacia aquel lado y te das la vuelta, la verás -. Me mira y no dice nada más. Seguimos conversando de otras cosas largo rato, hasta que decide irse. Nos despedimos con un beso y un abrazo. Él comienza a caminar. Le miro alejarse. De repente, se da la vuelta y busca la luna. La mira, se sorprende y en la lejanía, nos busca a nosotras, para sonreírnos y señalarnos ese redondel blanco, como diciéndonos - ¡ahí está! -. Nosotras levantamos los brazos, -¡sí, ahí está!- Él queda rato mirándola, sigue caminando, la vuelve a mirar, nos dedica una última mirada y con un adiós y se pierde en la noche.
Montevideo. Joaquín. La luna. El banco. La Plaza. La compañía. Yo. El camino que sigue.
lunes, 2 de noviembre de 2009
Momentos capicúas
Mi amiga tenía razón, la vida también es capicúa.
Oigo eco en mi casa. Hace un tiempo que parece lejano, sonaba igual. Las paredes aún sin vestir me devolvían mi voz retumbada. Yo me empeñé en que eso dejara de suceder. La vestí, la honrré y orné y la amé. Y ahora me empeñé en lo contrario. La desvestí, la desorné y la volví a amar. Esta vez diciéndole chau y gracias. Fue el lugar de abrigo, del crecer, del creer, y hasta supo abrazarme para llorar.
Esta casa tiene mi historia.
Voy a irme rápido para no decir lento adiós.
Oigo eco en mi casa. Hace un tiempo que parece lejano, sonaba igual. Las paredes aún sin vestir me devolvían mi voz retumbada. Yo me empeñé en que eso dejara de suceder. La vestí, la honrré y orné y la amé. Y ahora me empeñé en lo contrario. La desvestí, la desorné y la volví a amar. Esta vez diciéndole chau y gracias. Fue el lugar de abrigo, del crecer, del creer, y hasta supo abrazarme para llorar.
Esta casa tiene mi historia.
Voy a irme rápido para no decir lento adiós.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Preguntas al autor
Tengo algunas dudas.
Cuando usted me dice "se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar", ¿verdad que lo dice de una manera metafórica? Porque yo quisiera no volver a transitar por las sendas dañinas, que si bien mucho me enseñaron, repetirlas sería un acto de tozudez innecesaria. Mas al volver la vista atrás veo amaneceres que en el futuro me gustaría volver a contemplar. LLegados a este punto usted podrá decirme - mire que nunca será el mismo amanecer - y ahí yo entenderé de forma precisa qué es lo que nunca he de volver a pisar.
Yo sé que debe usted andar ocupado contando encinas, pero es de suma importancia que me ayude ahora, pues apunto estoy de partir de mi propia piel y antes de hacerlo es prudente tener en cuenta sus recomendaciones. Le agradezco sus noches conmigo y las tardes en las que me abriga.
Le saluda con su mayor admiración,
C.S.F. republicana como usted, a la que de a ratos hubo de helársele el corazón.
Cuando usted me dice "se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar", ¿verdad que lo dice de una manera metafórica? Porque yo quisiera no volver a transitar por las sendas dañinas, que si bien mucho me enseñaron, repetirlas sería un acto de tozudez innecesaria. Mas al volver la vista atrás veo amaneceres que en el futuro me gustaría volver a contemplar. LLegados a este punto usted podrá decirme - mire que nunca será el mismo amanecer - y ahí yo entenderé de forma precisa qué es lo que nunca he de volver a pisar.
Yo sé que debe usted andar ocupado contando encinas, pero es de suma importancia que me ayude ahora, pues apunto estoy de partir de mi propia piel y antes de hacerlo es prudente tener en cuenta sus recomendaciones. Le agradezco sus noches conmigo y las tardes en las que me abriga.
Le saluda con su mayor admiración,
C.S.F. republicana como usted, a la que de a ratos hubo de helársele el corazón.
lunes, 26 de octubre de 2009
En La Habana
supe mirar y sorprenderme.
Pueblo digno, hecho de notas que salsean en el viento y el corazón. Pueblo piel, brillante, altanero, concienzudo, utópico.
Las calles de La Habana, vida infinita.
La amiga encontrada, insustituíble. Las nuevas gentes, pobladoras.
Allá donde los niños no dejan de ser niños, donde la infancia no se arranca sino que se potencia.
Un cartel que dice "Los niños son el motor del pueblo porque de los niños lo podemos esperar todo"
Y las penas, que también las hay.
Si intentara poner palabras, fracasaría como ahora lo hago. Sólo quiero saber que me queda dentro, tatuado en mirada y piel.
Caminos por recorrer.
Pueblo digno, hecho de notas que salsean en el viento y el corazón. Pueblo piel, brillante, altanero, concienzudo, utópico.
Las calles de La Habana, vida infinita.
La amiga encontrada, insustituíble. Las nuevas gentes, pobladoras.
Allá donde los niños no dejan de ser niños, donde la infancia no se arranca sino que se potencia.
Un cartel que dice "Los niños son el motor del pueblo porque de los niños lo podemos esperar todo"
Y las penas, que también las hay.
Si intentara poner palabras, fracasaría como ahora lo hago. Sólo quiero saber que me queda dentro, tatuado en mirada y piel.
Caminos por recorrer.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
domingo, 27 de septiembre de 2009
sábado, 26 de septiembre de 2009
¿lo escuchas?
shhh, atenta, suenan aires de allá, traen canciones y olores.
Traen quereres, perteneceres...
Como quien sazona una rica comida, le pongo un poquito de acá, otro poquito de allá y mi plato queda exquisito.
Traen quereres, perteneceres...
Como quien sazona una rica comida, le pongo un poquito de acá, otro poquito de allá y mi plato queda exquisito.
jueves, 24 de septiembre de 2009
cosas que una aprende
Vestido estampado
Ana Carolina
Acabou
Agora ta tudo acabado
Seu vestido estampado
Dei a quem pudesse servir
Agora que eu não posso mais caber em ti
Não quero te ver, dizem que você não quer mais me olhar
Como velhos desconhecidos se você não me escuta eu não vou te chamar
O amor que eu dei não foi o mesmo que eu vi acabar
O amor só mudou de cor, agora já ta desbotado
Corra lá vem à tristeza atirando pra todos os lados
Pegue o vestido estampado, guarde pro carnaval
Guarde que eu nunca te quis mal
Até o feriado quarta feira de cinzas e ta tudo acabado
Ana Carolina
Acabou
Agora ta tudo acabado
Seu vestido estampado
Dei a quem pudesse servir
Agora que eu não posso mais caber em ti
Não quero te ver, dizem que você não quer mais me olhar
Como velhos desconhecidos se você não me escuta eu não vou te chamar
O amor que eu dei não foi o mesmo que eu vi acabar
O amor só mudou de cor, agora já ta desbotado
Corra lá vem à tristeza atirando pra todos os lados
Pegue o vestido estampado, guarde pro carnaval
Guarde que eu nunca te quis mal
Até o feriado quarta feira de cinzas e ta tudo acabado
miércoles, 23 de septiembre de 2009
de partires
de mis anotaciones en el cuaderno de tapas marrones saco los siguientes extractos:
Entro a mi cuarto y veo la primera caja. En breve todo serán cajas. Mi vida tejida con entusiasmo de primeriza será convertida en cajas. En unas guardaré mis libros, los que deben servir para recordar cada uno de mis pasos. En otras objetos que me cuesta definir. Un ajedrez, un globo terráqueo, una taza.
En el [desprendimiento necesario del objeto] se acumularán las cosas prescindibles. Venderé dejando mis huellas en casa ajenas.
Por cada veinte kilos un recibí.
Aún no sé dónde guardaré mis recuerdos. Entre papel de burbujas para que no se lastimen. Quizá en una caja con agujeros para que respiren. En cada estación en la que descienda esperaré a que aparezcan mis cajas. Algunas habrán de ser tan pesadas que no habrá tasa ni impuesto que pueda con ellas.
En breve todo estará lleno de cajas y me moveré entre ellas para verme. Lo que fui, lo que empecé a ser, lo que soy, lo que habré de ser.
Cajas de identidad. Cajas de abrazos dados y abrazos ausentes. Cajas que se llaman montevideo. Volando va, volando fue, volando se fue.
Entro a mi cuarto y veo la primera caja. En breve todo serán cajas. Mi vida tejida con entusiasmo de primeriza será convertida en cajas. En unas guardaré mis libros, los que deben servir para recordar cada uno de mis pasos. En otras objetos que me cuesta definir. Un ajedrez, un globo terráqueo, una taza.
En el [desprendimiento necesario del objeto] se acumularán las cosas prescindibles. Venderé dejando mis huellas en casa ajenas.
Por cada veinte kilos un recibí.
Aún no sé dónde guardaré mis recuerdos. Entre papel de burbujas para que no se lastimen. Quizá en una caja con agujeros para que respiren. En cada estación en la que descienda esperaré a que aparezcan mis cajas. Algunas habrán de ser tan pesadas que no habrá tasa ni impuesto que pueda con ellas.
En breve todo estará lleno de cajas y me moveré entre ellas para verme. Lo que fui, lo que empecé a ser, lo que soy, lo que habré de ser.
Cajas de identidad. Cajas de abrazos dados y abrazos ausentes. Cajas que se llaman montevideo. Volando va, volando fue, volando se fue.
lunes, 21 de septiembre de 2009
la presidenta de mi país II
Allá va, volando va.
Vuela lo volado para desvolarlo y volverlo a volar y entre vuelo y vuelo su risa va.
Hasta dentro de un rato Presidenta.
Vuela lo volado para desvolarlo y volverlo a volar y entre vuelo y vuelo su risa va.
Hasta dentro de un rato Presidenta.
jueves, 10 de septiembre de 2009
escenas montevideanas
en agosto, contra todos mis pronósticos y mi experiencia empírica, en Montevideo hace frío. Aunque a veces, como todos, el clima se equivoca y se le escapan los días que contienen primavera. Casi sin querer el sol sale arrogante y nos muestra a todos que la ciudad cambia a su antojo. Pero luego llega septiembre. Ese mes que en cualquier hemisferio todo cambia. Pero antes de la primavera doblada, viene la lluvia que habrá de anunciar el verde.
Y cuando para la lluvia, los últimos días fríos. Y yo sé que son los últimos y por eso los miro con ternura. Llega la feria del libro. Que no se parece en nada a la del Retiro, pero tiene su no sé qué. Y la recorro. Visito a mi librero que me regala un libro. Le compro otro. Miro las novedades. Me asombro de lo que amortizan las muertes las editoriales. Me espanto de que las leyes del mercado no respeten ni las letras. Veo un programa de radio en directo, con niños contando cómo ven el mundo. Los auriculares les quedan enormes y se les caen sobre la frente. Y a ellos eso les da igual. Descubro viejas ediciones de poesía. Mafalda, acá y allá. Don Mario, presente, pero no en los carteles que empapelan el stand de la editorial de turno, sino presente por su ausencia. Idea.
Y entonces salgo de las carpas. Pleno 18 de julio. Las nueve y media de la noche. Un frío que hiela. Uruguay gana tres a uno a Colombia. La gente come panchos y toma cerveza en La Pasiva. Un muchacho, joven, despeinado, con sólo un jersey y su convicción, toca la trompeta. 18 de julio, la avenida de los chillidos de auto, la única de Montevideo con ruido ensordecedor, es callada por una trompeta y el joven que la hace gritar. A pesar del frío, y del fútbol y de la feria del libro y de que nadie se para porque nadie hay, él, en lo que me parece su guerra ganada, la hace sonar.
Y segura estoy de que le importan un carajo las monedas que hoy no va a ganar.
Y cuando para la lluvia, los últimos días fríos. Y yo sé que son los últimos y por eso los miro con ternura. Llega la feria del libro. Que no se parece en nada a la del Retiro, pero tiene su no sé qué. Y la recorro. Visito a mi librero que me regala un libro. Le compro otro. Miro las novedades. Me asombro de lo que amortizan las muertes las editoriales. Me espanto de que las leyes del mercado no respeten ni las letras. Veo un programa de radio en directo, con niños contando cómo ven el mundo. Los auriculares les quedan enormes y se les caen sobre la frente. Y a ellos eso les da igual. Descubro viejas ediciones de poesía. Mafalda, acá y allá. Don Mario, presente, pero no en los carteles que empapelan el stand de la editorial de turno, sino presente por su ausencia. Idea.
Y entonces salgo de las carpas. Pleno 18 de julio. Las nueve y media de la noche. Un frío que hiela. Uruguay gana tres a uno a Colombia. La gente come panchos y toma cerveza en La Pasiva. Un muchacho, joven, despeinado, con sólo un jersey y su convicción, toca la trompeta. 18 de julio, la avenida de los chillidos de auto, la única de Montevideo con ruido ensordecedor, es callada por una trompeta y el joven que la hace gritar. A pesar del frío, y del fútbol y de la feria del libro y de que nadie se para porque nadie hay, él, en lo que me parece su guerra ganada, la hace sonar.
Y segura estoy de que le importan un carajo las monedas que hoy no va a ganar.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
por cierto
a veces encuentro ojos limpios, verbos que no entienden de desesperanza, ideas que conducen directas a la calma, actitudes que te abrazan, hechos que muestran el camino que va a acompañarme, ganas de entenderlo todo, de encontrar las respuestas, las buenas respuestas, las que no contienen enojo, ni bronca, sino comprensión, actitud vital.
Cuando encuentro, me dan ganas de sonreír, viene por dentro la seguridad de estar bien, de saber los dóndes, los por qués y para qués de mi misma.
Y tan tranquila, sigo viviendo sabiendo que merece la pena. Nadie, nadie puede quitarme esa certeza. Por más que se empeñe.
Merece la pena y la alegría. Y mucho, por cierto.
Cuando encuentro, me dan ganas de sonreír, viene por dentro la seguridad de estar bien, de saber los dóndes, los por qués y para qués de mi misma.
Y tan tranquila, sigo viviendo sabiendo que merece la pena. Nadie, nadie puede quitarme esa certeza. Por más que se empeñe.
Merece la pena y la alegría. Y mucho, por cierto.
lunes, 7 de septiembre de 2009
la presidenta de mi país
Para la v corta y la b larga.
La presidenta de mi país me entiende hasta cuando ni yo me entiendo. Su ideología es bella, bella como las cosas bellas. No tiene banderas, ni sabe de fronteras. Cruza los adentros geográficos con alegre desparpajo, aunque los suyos son difíciles de invadir. Cree cuando es difícil creer y descree cuando todos siguen las corrientes traicioneras. Ve y percibe como si todo el mundo hubiera sido escrito en el libro que ella leyó. Si dudas pregúntale, sabe las respuestas con la rara humildad de quien cree no saberlas.
La presidenta de mi país escribe cosas lindas. Las hace foto antes de apretar el botón. Cuando quiere retratarse, mira hacia arriba y extiende los brazos. No sabe de malas palabras mi presidenta, sólo de esperanza y conexiones de aeropuerto que la divierten. Ama en la ternura de un bebé la metáfora de su mundo. Colorea, escribe canciones y recorre los lejanos mapas.
Cuando quiera ser presidenta, yo votaré a la presidenta de mi país.
La presidenta de mi país me entiende hasta cuando ni yo me entiendo. Su ideología es bella, bella como las cosas bellas. No tiene banderas, ni sabe de fronteras. Cruza los adentros geográficos con alegre desparpajo, aunque los suyos son difíciles de invadir. Cree cuando es difícil creer y descree cuando todos siguen las corrientes traicioneras. Ve y percibe como si todo el mundo hubiera sido escrito en el libro que ella leyó. Si dudas pregúntale, sabe las respuestas con la rara humildad de quien cree no saberlas.
La presidenta de mi país escribe cosas lindas. Las hace foto antes de apretar el botón. Cuando quiere retratarse, mira hacia arriba y extiende los brazos. No sabe de malas palabras mi presidenta, sólo de esperanza y conexiones de aeropuerto que la divierten. Ama en la ternura de un bebé la metáfora de su mundo. Colorea, escribe canciones y recorre los lejanos mapas.
Cuando quiera ser presidenta, yo votaré a la presidenta de mi país.
domingo, 6 de septiembre de 2009
en cualquier lugar
domingo por la mañana, calle Bravo Murillo. Madrid. Número no me acuerdo. 3er piso. Un hombre bello haciendo tostadas de esas con manteca y en la sartén. Una mujer escribiendo una redacción en árabe en el sofá. Otra bella mujer tapada por el periódico, que de vez en cuando baja para mirarme por encima de sus redondos lentes y dedicarme una sonrisa. Y entonces suena.
sábado por la noche, calle Fernández Crespo. Uruguay. La Trastienda. Un concierto de Kiko Veneno. Ahora resulta que me gusta el Johnny Walker. Va uno, van dos. Las luces se apagan. Con otra bella mujer diferente a las dos anteriores, nos miramos, nos reímos y disfrutamos. Yo viajo en el tiempo y en el espacio. Recuerdo la escena de más arriba. Recuerdo mil nombres. Escribo mentalmente algunas cartas. Me vienen sabores a la boca. Olores. Calles. Gentes. Ciudades. Madrid, Sevilla y ahora acá, Montevideo. Y entonces suena.
Suena como un grito, una profecía, una lección, como si me lo dijera sólo a mí. Anoto:
"enamorao de la vida, aunque a veces duela, si tengo frío busco candela porque vola volando voy, volando vengo vengo, por el camino yo me entretengo"
sábado por la noche, calle Fernández Crespo. Uruguay. La Trastienda. Un concierto de Kiko Veneno. Ahora resulta que me gusta el Johnny Walker. Va uno, van dos. Las luces se apagan. Con otra bella mujer diferente a las dos anteriores, nos miramos, nos reímos y disfrutamos. Yo viajo en el tiempo y en el espacio. Recuerdo la escena de más arriba. Recuerdo mil nombres. Escribo mentalmente algunas cartas. Me vienen sabores a la boca. Olores. Calles. Gentes. Ciudades. Madrid, Sevilla y ahora acá, Montevideo. Y entonces suena.
Suena como un grito, una profecía, una lección, como si me lo dijera sólo a mí. Anoto:
"enamorao de la vida, aunque a veces duela, si tengo frío busco candela porque vola volando voy, volando vengo vengo, por el camino yo me entretengo"
jueves, 3 de septiembre de 2009
Limpio
Limpio en tu boca huele a agua estancada.
Limpio en tu boca es nada,
boca vacía, tramposa.
Patas cortas tus mentiras, nada tus palabras.
Ultraje al lenguaje, a la voz debida.
Asalto a la luz,
queriendo que la obscuridad sea cosas que no es.
Caminos a ningún lugar.
Certezas pomposas, defendidas sin convicción,
certezas que lloran.
¿Qué le hiciste al corazón?
¿Cómo osas blasfemar?
Silencio, eso es todo lo que debes.
Estruendoso silencio me debes.
Eso quiero.
No digas más mentiras.
Limpio en tu boca es nada.
Limpio en tu boca es nada,
boca vacía, tramposa.
Patas cortas tus mentiras, nada tus palabras.
Ultraje al lenguaje, a la voz debida.
Asalto a la luz,
queriendo que la obscuridad sea cosas que no es.
Caminos a ningún lugar.
Certezas pomposas, defendidas sin convicción,
certezas que lloran.
¿Qué le hiciste al corazón?
¿Cómo osas blasfemar?
Silencio, eso es todo lo que debes.
Estruendoso silencio me debes.
Eso quiero.
No digas más mentiras.
Limpio en tu boca es nada.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
advertencia
ADVERTENCIA:
todo* lo anteriormente escrito es mentira. Lo futuramente escrito, también.
Conclusión trás leer algunos de los párrafos antiguos de este espacio.
Nothing is real.
Fdo. La autora de esta mentira
*Nota al pie: cuando digo todo, no es todo, es parte del todo. Saber qué pertenece a la parte y qué al todo es labor que ayudaré a realizar a los que así lo deseen.
todo* lo anteriormente escrito es mentira. Lo futuramente escrito, también.
Conclusión trás leer algunos de los párrafos antiguos de este espacio.
Nothing is real.
Fdo. La autora de esta mentira
*Nota al pie: cuando digo todo, no es todo, es parte del todo. Saber qué pertenece a la parte y qué al todo es labor que ayudaré a realizar a los que así lo deseen.
sábado, 29 de agosto de 2009
momentos
Hay momentos que quedan fotografíados en la retina.
El fuego se hace y deshace, lento, en la chimenea. El vino te agasaja el paladar. Los pies calientes, rodeados de amistades.
Entonces ella agarra su guitarra y hace que el mundo se detenga. Te regala unos acordes que son viento suave. Su voz, de repente un volcán, del que brota lava hecha canción. Y sientes menta fuerte en tu boca y quieres dejar atrás. Repasas tus jugadas más complicadas y te elevas en armónicos oscilantes que van desde el iris hasta la canción estremecida. Descubres que tú tampoco quieres más quebrar tu voz. Intuyes que sos tu propia señal y que el cielo va a aclarar cuando tú así lo quieras. Te hundes en mil copas de ron y al mirar hacia arriba te das cuenta de que queda apenas medio metro para respirar de nuevo en la superficie.
Ella, la mujer de voz dulce y maga de las cuerdas es mi amiga y yo, afortunada, porque cuando hace falta siento su mano en mi hombro y su canción en el aire.
El fuego se hace y deshace, lento, en la chimenea. El vino te agasaja el paladar. Los pies calientes, rodeados de amistades.
Entonces ella agarra su guitarra y hace que el mundo se detenga. Te regala unos acordes que son viento suave. Su voz, de repente un volcán, del que brota lava hecha canción. Y sientes menta fuerte en tu boca y quieres dejar atrás. Repasas tus jugadas más complicadas y te elevas en armónicos oscilantes que van desde el iris hasta la canción estremecida. Descubres que tú tampoco quieres más quebrar tu voz. Intuyes que sos tu propia señal y que el cielo va a aclarar cuando tú así lo quieras. Te hundes en mil copas de ron y al mirar hacia arriba te das cuenta de que queda apenas medio metro para respirar de nuevo en la superficie.
Ella, la mujer de voz dulce y maga de las cuerdas es mi amiga y yo, afortunada, porque cuando hace falta siento su mano en mi hombro y su canción en el aire.
viernes, 21 de agosto de 2009
complemento circustancial de tiempo
Para siempre. Ojalá duraras un poco más para siempre. Porque cuando lo digo suena tan lindo, tan grande, tan eterno que pareciera que así lo eres. Y cuando lo escucho, a pesar de la mentira que es, llena tanto, queda tan apuesto colgado en mi pared.
No soy la primera que lo dice, mucho menos que lo sabe, pero qué tramposas las palabras.
Hoy, al ver la sombra de una árbol desnudo, queriendo primaverear bajo el sol de un invierno terminado, cuando el reloj dice nueve cero nueve de la mañana, y dicho árbol y su proyección se estrellan ante una hermosa fachada montevideana, de esas que no tienen tiempo, pienso, qué poco duras para siempre.
Y sin embargo, permítanme que siga diciendo, Montevideo de mis siempres.
No soy la primera que lo dice, mucho menos que lo sabe, pero qué tramposas las palabras.
Hoy, al ver la sombra de una árbol desnudo, queriendo primaverear bajo el sol de un invierno terminado, cuando el reloj dice nueve cero nueve de la mañana, y dicho árbol y su proyección se estrellan ante una hermosa fachada montevideana, de esas que no tienen tiempo, pienso, qué poco duras para siempre.
Y sin embargo, permítanme que siga diciendo, Montevideo de mis siempres.
jueves, 20 de agosto de 2009
mirada al frente...
por indicación de sabias personas: ¡mirada al frente!
apuesto que seré capaz de recorrer los caminos que no conozco
apuesto que podré ver las cosas que aún no vi
apuesto que el miedo no será mi freno
apuesto que sabré llegar a todas las estaciones de metro
apuesto que pensaré y se ocurrirán las ideas
apuesto que me tumbaré bajo el sol
apuesto que seré capaz de recorrer los caminos que no conozco
apuesto que podré ver las cosas que aún no vi
apuesto que el miedo no será mi freno
apuesto que sabré llegar a todas las estaciones de metro
apuesto que pensaré y se ocurrirán las ideas
apuesto que me tumbaré bajo el sol
sábado, 15 de agosto de 2009
¿Yo?
- Y tú, ¿de dónde eres?
- ¿Yo? Pues... ni idea... yo soy de la risa, de las cosas lindas. ¿Yo?, yo de dar y recibir. Yo soy del vino blanco con sabor a frutas. Del vino tinto del invierno. Del chocolate blanco. ¿Yo?, de los aviones que vienen y van. De donde está mi cama. De donde las líneas se desdibujan. De las alegrías de otros y de las mías. ¿Yo?, de las palabras. De los desayunos. De mis amigas. De mis amigos. De los domingos de familia. De las películas tontas. De lo que me hace llorar. ¿Yo?, de la vida.
- ¿Yo? Pues... ni idea... yo soy de la risa, de las cosas lindas. ¿Yo?, yo de dar y recibir. Yo soy del vino blanco con sabor a frutas. Del vino tinto del invierno. Del chocolate blanco. ¿Yo?, de los aviones que vienen y van. De donde está mi cama. De donde las líneas se desdibujan. De las alegrías de otros y de las mías. ¿Yo?, de las palabras. De los desayunos. De mis amigas. De mis amigos. De los domingos de familia. De las películas tontas. De lo que me hace llorar. ¿Yo?, de la vida.
sábado, 8 de agosto de 2009
miedos
abrázame fuerte, que no pueda respirar. Tengo miedo de que un día ya no quieras bailar conmigo nunca más.
viernes, 7 de agosto de 2009
las palabras
un clase intensa, llena de emociones, mías, suyas y de ellos.
Se acerca el final. El sol de un invierno que quiere terminarse entra por la ventana para estrellarse en el piso. Me siento en él. Sobre el suelo y sobre el sol. Un montón de niños me rodean. Me miran. Abro el cajón de mis convicciones y se las enseño. Les hablo de los caminos sin salida, de la violencia, el grito, el golpe. Les hablo de lo que crece y da vida, del abrazo, de corazones grandes. Me escuchan atentos. Yo me desnudo.
Entre todos uno:
- Profe, pero si tienes un problema, agarras cuarenta pesos, compras una pistola y le matas.
- Andy, déjame que te cuente un secreto. Hay un arma más poderosa que todas las demás. Una que jamás puede ser vencida. La más potente del mundo - le digo.
De repente, Diego. El adolescente callado. Al que nos cuesta arrancarle la voz y el movimiento. El que casi no se nota que está. Él, dice alzando su voz:
- Profe, la palabra.
Y así, una fiesta dentro de mí.
No existe nada, absolutamente nada más grande en este mundo que ellos. El secreto, la solución, el camino, el motivo...
si me dijeras, "pide un deseo", yo pediría un rabo de nube...
Se acerca el final. El sol de un invierno que quiere terminarse entra por la ventana para estrellarse en el piso. Me siento en él. Sobre el suelo y sobre el sol. Un montón de niños me rodean. Me miran. Abro el cajón de mis convicciones y se las enseño. Les hablo de los caminos sin salida, de la violencia, el grito, el golpe. Les hablo de lo que crece y da vida, del abrazo, de corazones grandes. Me escuchan atentos. Yo me desnudo.
Entre todos uno:
- Profe, pero si tienes un problema, agarras cuarenta pesos, compras una pistola y le matas.
- Andy, déjame que te cuente un secreto. Hay un arma más poderosa que todas las demás. Una que jamás puede ser vencida. La más potente del mundo - le digo.
De repente, Diego. El adolescente callado. Al que nos cuesta arrancarle la voz y el movimiento. El que casi no se nota que está. Él, dice alzando su voz:
- Profe, la palabra.
Y así, una fiesta dentro de mí.
No existe nada, absolutamente nada más grande en este mundo que ellos. El secreto, la solución, el camino, el motivo...
si me dijeras, "pide un deseo", yo pediría un rabo de nube...
martes, 4 de agosto de 2009
Madrid precioso
Madrid precioso, pero vacío
Montevideo hermoso, pero frío
la foto triste, pero metáfora
tú lejos, pero cerca
yo en tierra adentro, pero con ganas de océano
de a poco, sin prisa pero sin pausa, se acerca el momento de cambiar-la
Montevideo hermoso, pero frío
la foto triste, pero metáfora
tú lejos, pero cerca
yo en tierra adentro, pero con ganas de océano
de a poco, sin prisa pero sin pausa, se acerca el momento de cambiar-la
jueves, 30 de julio de 2009
hay
hay almas abiertas, la mía, que no sabe bien, pero quiere saber
hay cartas de amor a otras, ajenas y tan mías
hay caricias que no recibo pero veo y esas también son mías
hay quien sabe contentarse con el gozo en otra piel y yo soy el quien
pienso, tan pequeña, tan mujer, tan valiente, tan futuro, tan mañana, tan hoy
hay cartas de amor a otras, ajenas y tan mías
hay caricias que no recibo pero veo y esas también son mías
hay quien sabe contentarse con el gozo en otra piel y yo soy el quien
pienso, tan pequeña, tan mujer, tan valiente, tan futuro, tan mañana, tan hoy
vino
vino en las noches de invierno
vino para los espíritus inquietos
vino con brindis de amistad y amor
vino para quedarse y vino para partir
en cada lindo momento, vino
vino para los espíritus inquietos
vino con brindis de amistad y amor
vino para quedarse y vino para partir
en cada lindo momento, vino
lunes, 27 de julio de 2009
lo mejor...
definitiva, conclusiva, decisiva y resolutivamente, lo mejor que una puede tener en esta vida son amigas.
Por cierto, esto se aplica sobre todo si son como las que yo tengo.
Y uso el las por su rotunda mayoría (no excluyente).
Mientras ellas me enseñan a sonreir más y mejor, yo aprendo a hacer origamis y a andar a saltitos por esta difícil pero hermosa vida.
Y para una de las anteriormente citadas, este video que es ella.
http://www.youtube.com/watch?v=rQi8wEHMm5Y
Por cierto, esto se aplica sobre todo si son como las que yo tengo.
Y uso el las por su rotunda mayoría (no excluyente).
Mientras ellas me enseñan a sonreir más y mejor, yo aprendo a hacer origamis y a andar a saltitos por esta difícil pero hermosa vida.
Y para una de las anteriormente citadas, este video que es ella.
http://www.youtube.com/watch?v=rQi8wEHMm5Y
jueves, 23 de julio de 2009
giratorio y reversible
Así es este mundo para mí.
La cabeza tiene sus trampas, sus laberintos y sus mágicas soluciones.
Hoy volví al Cerro, después de casi tres años volví, saltándome la advertencia de que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
Crucé de nuevo el puente que separa los mundos. Esperé encontrar caras conocidas en lugares conocidos. Sólo encontré lo segundo. Una pretende que el mundo pare cuando ya no habitas los lugares, pero él, terco e inminente, sigue. Entre las calles de barro y matorrales, entre muros pintados de colores y amor estaba mi pequeño. Aquel niño enfadado con la vida, de mirada tierna y sonrisa irresistible. Aquel que enojado contenía sus lágrimas. Aquel al que perseguí decenas de veces para tratar de arrancarle palabras y la hostil bronca que a veces no deja respirar a estos niños.
En mi ayer aquel niño cabía entre mis brazos. Mi cuerpo era aún capaz de contenerle.
Hoy yo buscaba desesperada alguna cara de aquel tiempo. Apareció él. Le señalé y me acerqué sonriendo. Sentí que mi corazón se expandía en mi pecho ensanchado. Le hablé. Me saca cerca de una cabeza. De repente me vio, además de mirarme, me vio. Y en el adolescente, pequeño proyecto de futuro hombre, descubrí en un instante su mirada más tierna, la del niño. Mi nombre en su boca me sonó a beso. Me habló, como entonces, algo vergonzoso y una pizca desconfiado. Yo le pedí un abrazo y volvimos a juntar nuestros cuerpos, hoy desiguales a su favor. Su sonrisa me pobló. Le dije desde mi rincón más sincero cuánto me alegraba de verle, tan grande, tan lindo. Él me respondió que también se alegraba de verme, que por un momento no me había reconocido, pero después sí.
Curiosamente, hacía dos días, por casualidad, su cara apareció en una foto. Aquella famosa foto que retrató su linda alma. Desde entonces andaba yo tratando de recordar su nombre. Mi cabeza torpe no lo lograba. Vaya a usted a saber por qué oscuros mecanismos del inconsciente ese nombre se me resistía. Sabiendo que lo sabía. Hoy le vi y se hizo de facto el aviso de la foto. Ahora era cuestión de vida recordarlo. Mientras que estuve con él no pude. Pero la idea ya no me abandonó. En el omnibus de vuelta, mientras hacía la compra, en la comida, cuando miraba una película. Y de repente vino. Lo recordé y pude respirar, volví a ser su profe. Porque mi cabeza me devolvió el nombre de un niño que hoy es adolescente y que lo llena todo de sentido.
Se llama Andrés.
Cinco minutos que significan vida, que resitúan lo importante.
La cabeza tiene sus trampas, sus laberintos y sus mágicas soluciones.
Hoy volví al Cerro, después de casi tres años volví, saltándome la advertencia de que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
Crucé de nuevo el puente que separa los mundos. Esperé encontrar caras conocidas en lugares conocidos. Sólo encontré lo segundo. Una pretende que el mundo pare cuando ya no habitas los lugares, pero él, terco e inminente, sigue. Entre las calles de barro y matorrales, entre muros pintados de colores y amor estaba mi pequeño. Aquel niño enfadado con la vida, de mirada tierna y sonrisa irresistible. Aquel que enojado contenía sus lágrimas. Aquel al que perseguí decenas de veces para tratar de arrancarle palabras y la hostil bronca que a veces no deja respirar a estos niños.
En mi ayer aquel niño cabía entre mis brazos. Mi cuerpo era aún capaz de contenerle.
Hoy yo buscaba desesperada alguna cara de aquel tiempo. Apareció él. Le señalé y me acerqué sonriendo. Sentí que mi corazón se expandía en mi pecho ensanchado. Le hablé. Me saca cerca de una cabeza. De repente me vio, además de mirarme, me vio. Y en el adolescente, pequeño proyecto de futuro hombre, descubrí en un instante su mirada más tierna, la del niño. Mi nombre en su boca me sonó a beso. Me habló, como entonces, algo vergonzoso y una pizca desconfiado. Yo le pedí un abrazo y volvimos a juntar nuestros cuerpos, hoy desiguales a su favor. Su sonrisa me pobló. Le dije desde mi rincón más sincero cuánto me alegraba de verle, tan grande, tan lindo. Él me respondió que también se alegraba de verme, que por un momento no me había reconocido, pero después sí.
Curiosamente, hacía dos días, por casualidad, su cara apareció en una foto. Aquella famosa foto que retrató su linda alma. Desde entonces andaba yo tratando de recordar su nombre. Mi cabeza torpe no lo lograba. Vaya a usted a saber por qué oscuros mecanismos del inconsciente ese nombre se me resistía. Sabiendo que lo sabía. Hoy le vi y se hizo de facto el aviso de la foto. Ahora era cuestión de vida recordarlo. Mientras que estuve con él no pude. Pero la idea ya no me abandonó. En el omnibus de vuelta, mientras hacía la compra, en la comida, cuando miraba una película. Y de repente vino. Lo recordé y pude respirar, volví a ser su profe. Porque mi cabeza me devolvió el nombre de un niño que hoy es adolescente y que lo llena todo de sentido.
Se llama Andrés.
Cinco minutos que significan vida, que resitúan lo importante.
lunes, 20 de julio de 2009
Juan Manuel
es una de las cosas más bellas que he descubierto en mi viaje. Competía con grandes montañas, caminos infinitos, gentes de colores, ríos, valles... pero él ganó.
Un día de sol, en las ruinas de una antigua civilización, a orillas del pueblo argentino de Tilcara, allá estaba él. Le vi y le pregunté si era chofer. Me respondió que era chofer de colectivos, mientras emitía ruidos onomatopéyicos de lo más descriptivos. Iba agarrado a su volante. Le pregunté si me podía llevar, me dijo que el viaje salía tres pesos. Se los pagué y subí. Arrancamos.
Al rato volvió y me dijo que unos malvados le habían chocado el colectivo y que ahora no podía trabajar. Le dije que justamente yo tenía algunas nociones de mecánica aplicada a colectivos imaginarios (lo de imaginarios no se lo dije porque temí que no se fiara de mí). Atamos el omnibus a la grua y lo remolcamos hasta el costado de nuestro fiat uno, apodado Piturro. Abrí el maletero de Piturro y saqué de él un maletín negro. Fui con Juan Manuel hasta la parte delantera del colectivo, abrimos el capó. Con lo que teníamos en nuestro maletín hicimos algunos reajustes. Un poco de alcohol, agua oxigenada, alguna tirita, un poco de algodón. Le pedí a Juan Manuel que probara el arranque. Lo hizo y la máquina rugió como nunca. Me miró sonriendo y me dijo ¡¡funciona!! Yo le devolví la sonrisa. Arrancó y se fue raudo y veloz.
Juan Manuel tiene 4 años.
A mí me hubiera gustado ir en su colectivo hasta donde su imaginación me llevara.
Un día de sol, en las ruinas de una antigua civilización, a orillas del pueblo argentino de Tilcara, allá estaba él. Le vi y le pregunté si era chofer. Me respondió que era chofer de colectivos, mientras emitía ruidos onomatopéyicos de lo más descriptivos. Iba agarrado a su volante. Le pregunté si me podía llevar, me dijo que el viaje salía tres pesos. Se los pagué y subí. Arrancamos.
Al rato volvió y me dijo que unos malvados le habían chocado el colectivo y que ahora no podía trabajar. Le dije que justamente yo tenía algunas nociones de mecánica aplicada a colectivos imaginarios (lo de imaginarios no se lo dije porque temí que no se fiara de mí). Atamos el omnibus a la grua y lo remolcamos hasta el costado de nuestro fiat uno, apodado Piturro. Abrí el maletero de Piturro y saqué de él un maletín negro. Fui con Juan Manuel hasta la parte delantera del colectivo, abrimos el capó. Con lo que teníamos en nuestro maletín hicimos algunos reajustes. Un poco de alcohol, agua oxigenada, alguna tirita, un poco de algodón. Le pedí a Juan Manuel que probara el arranque. Lo hizo y la máquina rugió como nunca. Me miró sonriendo y me dijo ¡¡funciona!! Yo le devolví la sonrisa. Arrancó y se fue raudo y veloz.
Juan Manuel tiene 4 años.
A mí me hubiera gustado ir en su colectivo hasta donde su imaginación me llevara.
allá
4000 kilómetros después acumulé, como me recomendaron, imágenes en la retina y en la piel. Descubrí sobre el mundo y sobre mí. Es hermoso viajar, casi se me había olvidado. Y es así porque te lleva a lugares nuevos, geográficos y mentales. Y en el regreso, cansada pero inmensa, comienza un nuevo viaje, renovado cada mañana y de nuevo y siempre, los libros, las palabras, el cielo siempre allá arriba, las amistades y sus brindis, los pactos de amor, las carreteras, las esperanzas, los sueños que me resisto a deshechar, la vida, siempre la vida.
viernes, 10 de julio de 2009
a punto de partir
El omnibus sale en unas cuantas horas.
Repaso lo que debo meter en la maleta. Repaso lo que me voy a olvidar porque así ha de ser.
Pienso en las rutas sin fin. Un viaje que comienza a un lugar desconocido y que sin embargo es el comienzo de un regreso.
El miedo, el dolor, las alegrías, mis pocas y maltrechas certezas, algunos libros, todo va conmigo. Y mis ojos, queriendo ver.
Repaso lo que debo meter en la maleta. Repaso lo que me voy a olvidar porque así ha de ser.
Pienso en las rutas sin fin. Un viaje que comienza a un lugar desconocido y que sin embargo es el comienzo de un regreso.
El miedo, el dolor, las alegrías, mis pocas y maltrechas certezas, algunos libros, todo va conmigo. Y mis ojos, queriendo ver.
de cronopios iba la cosa...
- ¿Vos sabés lo que es el órdago?
- Creo que viene del mus. Es un envite o algo así. Y el mus es como el truco, pero en gallego.
- Fijate vos. Yo lo tuve que buscar en el diccionario, el Casares, claro, porque mi tía Celina decía que el órdago era una lechuga o algo así. Creo que ella tenía razón. Fijate vos qué bien queda una ensalada de órdago y tomate, por ejemplo.
Conversación entre Cristina Peri-Rossi y Julio Cortázar.
Peri-Rossi, Cristina. Julio Cortázar.
Ediciones Omega. Barcelona, 2001.
- Creo que viene del mus. Es un envite o algo así. Y el mus es como el truco, pero en gallego.
- Fijate vos. Yo lo tuve que buscar en el diccionario, el Casares, claro, porque mi tía Celina decía que el órdago era una lechuga o algo así. Creo que ella tenía razón. Fijate vos qué bien queda una ensalada de órdago y tomate, por ejemplo.
Conversación entre Cristina Peri-Rossi y Julio Cortázar.
Peri-Rossi, Cristina. Julio Cortázar.
Ediciones Omega. Barcelona, 2001.
chau
Tú miras hacia delante. Yo te miro mirar. La foto dice eso, como una verdad.
Así quedamos congeladas, mientras recorro uno a uno los antes y sus promesas.
El camino me dice -sigue- y yo terca y temblorosa tardo un sin fin de segundos en dar mi primer paso. Porque yo sé que no tiene piedad ese camino. Sus viajeros nunca vuelven atrás.
Y digo adiós y ahí termina el cuento. Fuiste hermosa. Chau.
Así quedamos congeladas, mientras recorro uno a uno los antes y sus promesas.
El camino me dice -sigue- y yo terca y temblorosa tardo un sin fin de segundos en dar mi primer paso. Porque yo sé que no tiene piedad ese camino. Sus viajeros nunca vuelven atrás.
Y digo adiós y ahí termina el cuento. Fuiste hermosa. Chau.
domingo, 5 de julio de 2009
llegó...
simplemente llegó,
y con ella la tierra, el olor, la alegría
llegó el abrazo, el beso, llegó el calor
pobló mi cuerpo, mi sonrisa
llegó la memoria, la raíz,
mi fotografía quieta ya no lo está más
llegó mi gente escondida en su maleta,
llegaron cien mil motivos
llegó, llegó y llegó
y con ella la tierra, el olor, la alegría
llegó el abrazo, el beso, llegó el calor
pobló mi cuerpo, mi sonrisa
llegó la memoria, la raíz,
mi fotografía quieta ya no lo está más
llegó mi gente escondida en su maleta,
llegaron cien mil motivos
llegó, llegó y llegó
viernes, 3 de julio de 2009
cierro
termino este libro que tanto me ha gustado
y comienzo a leer este otro que me recomendaron
quizá mañana, me anime a escribir uno
y comienzo a leer este otro que me recomendaron
quizá mañana, me anime a escribir uno
jueves, 2 de julio de 2009
miércoles, 1 de julio de 2009
brazadas
Miro hacia arriba. No la veo, pero la intuyo. Me han convencido de que ahí está. Mis pies, recién despegados del fondo comienzan a agitarse, primero tímidos. Mis brazos, extendidos junto a mi cuerpo, quieren elevarse y empujar hacia abajo, están dispuestos a comenzar a bracear.
Busco una bocanada de aire. Y volver a creer, terca, otra vez.
Busco una bocanada de aire. Y volver a creer, terca, otra vez.
martes, 30 de junio de 2009
el mundo es redondo
la vida siempre da otra oportunidad ¿no?
extraño las conversaciones que iban a ser.
Pero no temas(me digo)... serán, porque el mundo es redondo
y mientras, pasajeros, continúen viajando.
Y antes y después, gracias.
extraño las conversaciones que iban a ser.
Pero no temas(me digo)... serán, porque el mundo es redondo
y mientras, pasajeros, continúen viajando.
Y antes y después, gracias.
viernes, 26 de junio de 2009
música
Se apagan las luces, los músicos toman sus instrumentos, la luz azul lo invade todo. Sale el maestro de ceremonias. Se coloca su guitarra. Mira a la derecha, mira a la izquierda. Con un leve asentimiento de su cabeza todo comienza a sonar. El cello suena contundente, melancólico, como si fuera aquel instrumento de siglos que encierra todo el saber. La guitarra eléctrica sutil, acompaña a la acústica que marca el camino a seguir. La batería pone un suelo firme y la percusión inventa sonidos salidos del contacto de manos y cosas. Y entonces su voz, como un beso. Me rodea, me hace desaparecer. Me eleva junto a él. Y por un rato todo pesa poco. Y si caen lágrimas son de linda emoción. Y todavía sé sentir. Toco mi cara con mis manos para saber que aún estoy. Quedo quieta. Mirando. Ni tan siquiera me muevo para aplaudir. Y cuando todo termina me voy a casa y descubro que aún estoy viva.
que el afuera ayude a curar el adentro
que el afuera ayude a curar el adentro
lunes, 22 de junio de 2009
un texto
Punto final
Cristina Peri Rossi
Cuando nos conocimos, ella me dijo: “Te doy el punto final. Es un punto muy valioso, no lo pierdas. Consérvalo, para usarlo en el momento oportuno. Es lo mejor que puedo darte y lo hago porque me mereces confianza. Espero que no me defraudes.” Durante mucho tiempo, tuve el punto final en el bolsillo. Mezclado con las monedas, las briznas de tabaco y los fósforos, se ensuciaba un poco; además, éramos tan felices que pensé que nunca habría de usarlo. Entonces compré un estuche seguro y allí lo guardé. Los días transcurrían venturosos, al abrigo de la desilusión y del tedio. Por la mañana nos despertábamos alegres, dichosos de estar juntos; cada jornada se abría como un vasto mundo desconocido, lleno de sorpresas a descubrir. Las cosas familiares dejaron de serlo, recobraron la perdida frescura, y otras, como los parques y los lagos, se volvieron acogedoras, maternales. Recorríamos las calles observando cosas que los demás no veían y los aromas, los colores, las luces, el tiempo y el espacio eran más intensos. Nuestra percepción se había agudizado, como bajo los efectos de una poderosa droga. Pero no estábamos ebrios, sino sutiles y serenos, dotados de una rara capacidad para armonizar con el mundo. Teníamos con nuestros sentidos una singular melodía que respetaba el orden del exterior, sin sujetarse a él.
Con la felicidad, olvidé el estuche, o lo perdí, inadvertidamente. No puedo saberlo. Ahora que la dicha terminó, no encuentro el punto final por ningún lado. Esto crea conflictos y rencores suplementarios. “¿ Dónde lo guardaste? – me pregunta ella, indignada -. ¿ Qué esperas para usarlo? No demores más, de lo contrario, todo lo anterior perderá belleza y sentido.” Busco en los armarios, en los abrigos, en los cajones, en el forro de los sillones, debajo de la mesa y de la cama. Pero el punto no está; tampoco el estuche. Mi búsqueda se ha vuelto tensa, obsesiva. Es posible que lo haya extraviado en alguno de nuestros momentos felices. No está en la sala, ni en el dormitorio, ni en la chimenea. ¿ El gato se lo habrá comido?.
Su ausencia aumenta nuestra desdicha de manera dolorosa. En tanto el punto no aparezca, estamos encadenados el uno al otro, y esos eslabones están hechos de rencor, apatía vergüenza y odio. Debemos conformarnos con seguir así, desechando la posibilidad de una nueva vida. Nuestras noches son penosas, compartiendo la misma habitación, donde el resquemor tiene la estatura de una pared y asfixia, como un vapor malsano. Tiñe los muebles, los armarios, los libros dispersos por el suelo. Discutimos por cualquier cosa, aunque los dos sabemos que, en el fondo, se trata de la desaparición del punto, del cual ella me responsabiliza. Creo que a veces sospecha que en realidad lo tengo, escondido, para vengarme de ella. “ No debí confiar en ti – se reprocha -. Debí imaginar que me traicionarías.”
Era un estuche de plata, largo, de los que antiguamente se usaban para guardar rapé. Lo compré en un mercado de artículos viejos. Me pareció el lugar más adecuado para guardarlo. El punto estaba allí, redondo, minúsculo, bien acomodado. Pero pasaron tantos años. Es posible que se extraviara durante una mudanza, o quizás alguien lo robó, pensando que era valioso.
Luego de buscarlo en vano casi todo el día, me voy de casa, para no encontrar su mirada de reproche, su voz de odio. Toda nuestra felicidad anterior ha desaparecido, y sería inútil pensar que volverá. Pero tampoco podemos separarnos. Ese punto huidizo nos liga, nos ata, nos llena de rencor y de fastidio, va devorando uno a uno los días anteriores, los que fueron hermosos.
Sólo espero que en algún momento aparezca, por azar, extraviado en un bolsillo, confundido con los otros objetos. Entonces será un gordo, enlutado, sucio y polvoriento punto final, a destiempo, como el que colocan los escritores noveles.
Cristina Peri Rossi
Cristina Peri Rossi
Cuando nos conocimos, ella me dijo: “Te doy el punto final. Es un punto muy valioso, no lo pierdas. Consérvalo, para usarlo en el momento oportuno. Es lo mejor que puedo darte y lo hago porque me mereces confianza. Espero que no me defraudes.” Durante mucho tiempo, tuve el punto final en el bolsillo. Mezclado con las monedas, las briznas de tabaco y los fósforos, se ensuciaba un poco; además, éramos tan felices que pensé que nunca habría de usarlo. Entonces compré un estuche seguro y allí lo guardé. Los días transcurrían venturosos, al abrigo de la desilusión y del tedio. Por la mañana nos despertábamos alegres, dichosos de estar juntos; cada jornada se abría como un vasto mundo desconocido, lleno de sorpresas a descubrir. Las cosas familiares dejaron de serlo, recobraron la perdida frescura, y otras, como los parques y los lagos, se volvieron acogedoras, maternales. Recorríamos las calles observando cosas que los demás no veían y los aromas, los colores, las luces, el tiempo y el espacio eran más intensos. Nuestra percepción se había agudizado, como bajo los efectos de una poderosa droga. Pero no estábamos ebrios, sino sutiles y serenos, dotados de una rara capacidad para armonizar con el mundo. Teníamos con nuestros sentidos una singular melodía que respetaba el orden del exterior, sin sujetarse a él.
Con la felicidad, olvidé el estuche, o lo perdí, inadvertidamente. No puedo saberlo. Ahora que la dicha terminó, no encuentro el punto final por ningún lado. Esto crea conflictos y rencores suplementarios. “¿ Dónde lo guardaste? – me pregunta ella, indignada -. ¿ Qué esperas para usarlo? No demores más, de lo contrario, todo lo anterior perderá belleza y sentido.” Busco en los armarios, en los abrigos, en los cajones, en el forro de los sillones, debajo de la mesa y de la cama. Pero el punto no está; tampoco el estuche. Mi búsqueda se ha vuelto tensa, obsesiva. Es posible que lo haya extraviado en alguno de nuestros momentos felices. No está en la sala, ni en el dormitorio, ni en la chimenea. ¿ El gato se lo habrá comido?.
Su ausencia aumenta nuestra desdicha de manera dolorosa. En tanto el punto no aparezca, estamos encadenados el uno al otro, y esos eslabones están hechos de rencor, apatía vergüenza y odio. Debemos conformarnos con seguir así, desechando la posibilidad de una nueva vida. Nuestras noches son penosas, compartiendo la misma habitación, donde el resquemor tiene la estatura de una pared y asfixia, como un vapor malsano. Tiñe los muebles, los armarios, los libros dispersos por el suelo. Discutimos por cualquier cosa, aunque los dos sabemos que, en el fondo, se trata de la desaparición del punto, del cual ella me responsabiliza. Creo que a veces sospecha que en realidad lo tengo, escondido, para vengarme de ella. “ No debí confiar en ti – se reprocha -. Debí imaginar que me traicionarías.”
Era un estuche de plata, largo, de los que antiguamente se usaban para guardar rapé. Lo compré en un mercado de artículos viejos. Me pareció el lugar más adecuado para guardarlo. El punto estaba allí, redondo, minúsculo, bien acomodado. Pero pasaron tantos años. Es posible que se extraviara durante una mudanza, o quizás alguien lo robó, pensando que era valioso.
Luego de buscarlo en vano casi todo el día, me voy de casa, para no encontrar su mirada de reproche, su voz de odio. Toda nuestra felicidad anterior ha desaparecido, y sería inútil pensar que volverá. Pero tampoco podemos separarnos. Ese punto huidizo nos liga, nos ata, nos llena de rencor y de fastidio, va devorando uno a uno los días anteriores, los que fueron hermosos.
Sólo espero que en algún momento aparezca, por azar, extraviado en un bolsillo, confundido con los otros objetos. Entonces será un gordo, enlutado, sucio y polvoriento punto final, a destiempo, como el que colocan los escritores noveles.
Cristina Peri Rossi
sábado, 20 de junio de 2009
mensajes
Comparación
Como en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.
Idea Vilariño
Como en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.
Idea Vilariño
miércoles, 17 de junio de 2009
por si
por si me lees.
sin querer caí en una frase, "la belleza reside en los ojos que la miran"...
me acordé y pensé, es cierto, sigue estando en el mismo lugar.
Para ti.
sin querer caí en una frase, "la belleza reside en los ojos que la miran"...
me acordé y pensé, es cierto, sigue estando en el mismo lugar.
Para ti.
me contaron ayer
que los antiguos dioses griegos estaban en la Acrópolis un poco aburridos y decidieron inventar al hombre y la mujer para divertirse un rato.
No conformes con su ingenio decidieron perfeccionar el objeto de mofa y entonces inventaron el amor.
Seguía faltándoles algo... y fue ahí, cuando inventaron la risa.
ya lo dijeron otros, sólo somos una "piada de Deus"
No conformes con su ingenio decidieron perfeccionar el objeto de mofa y entonces inventaron el amor.
Seguía faltándoles algo... y fue ahí, cuando inventaron la risa.
ya lo dijeron otros, sólo somos una "piada de Deus"
martes, 16 de junio de 2009
dicen por ahí que...
el tiempo se va, se va y no vuelve
y tu corazón va a sanar
va a sanar
va a sanar
y aunque parezca mentira
tu corazón va sanar
va a sanar
va a sanar
y va a volver a quebrarse
{...} Jorge Drexler
Sencillo pero contundente.
y tu corazón va a sanar
va a sanar
va a sanar
y aunque parezca mentira
tu corazón va sanar
va a sanar
va a sanar
y va a volver a quebrarse
{...} Jorge Drexler
Sencillo pero contundente.
lunes, 15 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
dos minutos y medio
parecen poco tiempo pero depende para qué sean utilizados pueden ser excesivos.
Yo últimamente los uso cuando me despierto. Abro los ojos y se me vienen encima todas las cosas que me están doliendo en este invierno perpetrado por lucifer para mí. Se me vienen como si estuvieran colgadas del techo, contendidas por una red y alguien tirara del hilito que sostiene la red en el mismo momento en que yo abro los ojos. Y entonces, tras sacar las manos de debajo del abrigo y despejar mi cara de las cosas caídas, comienzo a usar mis dos minutos y medio y hago la siguiente lista:
café con leche calentito
sol (en los casos que lo hubiera)
4 de julio aeropuerto, buscar, abrazar
niños, cerro, proyecto
proyectos que ensanchan el alma
los libros que me quedan
las pelis que me recomendaron
el partido de por la noche
cada mensaje que llega dándome ánimo
los botones que me encuentro por la vida
los te quieros que me llueven
que dicen que la vida siempre puede más
rebelarme contra esta tristeza
la dignidad de la valentía
los puntos suspensivos que siguen a estas letras
...
quien pueda ayudarme a completar mi lista será (¿premiado?) con mi eterna amistad.
Gracias de antemano.
Yo últimamente los uso cuando me despierto. Abro los ojos y se me vienen encima todas las cosas que me están doliendo en este invierno perpetrado por lucifer para mí. Se me vienen como si estuvieran colgadas del techo, contendidas por una red y alguien tirara del hilito que sostiene la red en el mismo momento en que yo abro los ojos. Y entonces, tras sacar las manos de debajo del abrigo y despejar mi cara de las cosas caídas, comienzo a usar mis dos minutos y medio y hago la siguiente lista:
café con leche calentito
sol (en los casos que lo hubiera)
4 de julio aeropuerto, buscar, abrazar
niños, cerro, proyecto
proyectos que ensanchan el alma
los libros que me quedan
las pelis que me recomendaron
el partido de por la noche
cada mensaje que llega dándome ánimo
los botones que me encuentro por la vida
los te quieros que me llueven
que dicen que la vida siempre puede más
rebelarme contra esta tristeza
la dignidad de la valentía
los puntos suspensivos que siguen a estas letras
...
quien pueda ayudarme a completar mi lista será (¿premiado?) con mi eterna amistad.
Gracias de antemano.
domingo, 7 de junio de 2009
tu hueco
tu hueco es tan grande...
a veces trato de llenarlo y no puedo y cuando puedo no quiero.
Tu hueco en mi domingo es arrasador. Tu hueco en mi vida es una cicatriz.
Tu hueco es mi sombra, me sigue y me persigue.
Tu hueco vacío es algo que yo detesto. Me lo quedo mirando y le pego con todas mis fuerza y no se muere.
Tu hueco me hace llorar.
Es tan triste tu hueco.
a veces trato de llenarlo y no puedo y cuando puedo no quiero.
Tu hueco en mi domingo es arrasador. Tu hueco en mi vida es una cicatriz.
Tu hueco es mi sombra, me sigue y me persigue.
Tu hueco vacío es algo que yo detesto. Me lo quedo mirando y le pego con todas mis fuerza y no se muere.
Tu hueco me hace llorar.
Es tan triste tu hueco.
sábado, 6 de junio de 2009
viernes, 5 de junio de 2009
jueves, 4 de junio de 2009
un escalofrío al oir sin aviso:
Todas às vezes que você passa
E nem me vê
Fico pensando no que eu faria pra
ter você
Pra ter você de qualquer forma
De qualquer jeito, qualquer maneira
Você nem sabe que eu estou
ficando infeliz
Não posso mais guardar comigo
os versos que eu já fiz
Pra lhe dizer do meu amor
Também fui eu quem lhe mandou
aquela flor
Vivo fazendo milhões de coisas
Qualquer loucura pra ter você
E os dias passam correndo vou acabar
lhe perdendo
Preciso descobrir um jeito
De chamar sua atenção
O meu melhor sorriso eu dei você
não viu
Gritei seu nome mas nem assim você
me ouviu
Por mais que eu faça não adianta
Você nem nota minha existência
E os dias passam correndo e de esperar
vou morrendo
Vou acabar ficando nu pra chamar
sua atenção
Vou acabar ficando nu pra chamar
sua atenção
Vou acabar ficando nu pra chamar
sua atenção
E nem me vê
Fico pensando no que eu faria pra
ter você
Pra ter você de qualquer forma
De qualquer jeito, qualquer maneira
Você nem sabe que eu estou
ficando infeliz
Não posso mais guardar comigo
os versos que eu já fiz
Pra lhe dizer do meu amor
Também fui eu quem lhe mandou
aquela flor
Vivo fazendo milhões de coisas
Qualquer loucura pra ter você
E os dias passam correndo vou acabar
lhe perdendo
Preciso descobrir um jeito
De chamar sua atenção
O meu melhor sorriso eu dei você
não viu
Gritei seu nome mas nem assim você
me ouviu
Por mais que eu faça não adianta
Você nem nota minha existência
E os dias passam correndo e de esperar
vou morrendo
Vou acabar ficando nu pra chamar
sua atenção
Vou acabar ficando nu pra chamar
sua atenção
Vou acabar ficando nu pra chamar
sua atenção
martes, 2 de junio de 2009
mi casa tiene tres llaves
Yo tengo una casa, no es mía pero sí.
Cuando llegué estaba vacía, llena de lindos recuerdos de otros.
Me dieron dos juegos de llaves. Al poco tiempo uno se perdió.
Hice otro juego de llaves. Eran dos. Yo tenía uno y el otro no lo tenía yo. Hice otro. Eran tres. Eramos tres los juegos. Uno yo. Otro ella. Otro la casa. Y entonces el tercero necesitó ser usado. Eramos tres juegos por la vida. Uno yo, otro ella, otro ella. Y todos abríamos y cerrábamos. Entrábamos y salíamos. Llorábamos y reíamos. Y las llaves eran la vida. Y yo sólo tenía uno de tres y esa proporción era hermosa. ¿Y dónde están las llaves? ¿Quién vio mis llaves? Yo las vi, encima de la mesa. No esas son las mías. Ah, entonces no sé.
Y entonces las llaves quisieron regresar.
Y ahora tengo tres de tres. Una proporción triste.
Curiosamente las llaves y los cepillos de dientes recorren parecidos caminos de ida y luisa, perdón, quise decir vuelta.
Cuando llegué estaba vacía, llena de lindos recuerdos de otros.
Me dieron dos juegos de llaves. Al poco tiempo uno se perdió.
Hice otro juego de llaves. Eran dos. Yo tenía uno y el otro no lo tenía yo. Hice otro. Eran tres. Eramos tres los juegos. Uno yo. Otro ella. Otro la casa. Y entonces el tercero necesitó ser usado. Eramos tres juegos por la vida. Uno yo, otro ella, otro ella. Y todos abríamos y cerrábamos. Entrábamos y salíamos. Llorábamos y reíamos. Y las llaves eran la vida. Y yo sólo tenía uno de tres y esa proporción era hermosa. ¿Y dónde están las llaves? ¿Quién vio mis llaves? Yo las vi, encima de la mesa. No esas son las mías. Ah, entonces no sé.
Y entonces las llaves quisieron regresar.
Y ahora tengo tres de tres. Una proporción triste.
Curiosamente las llaves y los cepillos de dientes recorren parecidos caminos de ida y luisa, perdón, quise decir vuelta.
lunes, 25 de mayo de 2009
retrato de una mujer con sombrero
de nombre Idania, de apellido mojado
marinera de aguas dulces y saladas
pide que la recuerden en cada puerto
sufre de mirada clara y verbo redondo
compañera como pocas
cocinera con amor
de poco saca mucho, maga
conquistadora de celdas monacales
de pisos vacíos que la anhelan para ser llenados
adicta a las lucecitas, a lo que parpadea
al buen humor, a la buena música,
a todo lo que empieza por bueno y buena
portadora del virus habanero
ese que te llama y te tira y no te deja escapar
Idania que vuela, corre y va
Idus de marzo e Idus de octubre
especialista en desayunos, ejercicios y desbarajustes
de pasiones con ojos bien abiertos
retrato de la mujer que hoy tiene un sombrero
mi amiga
marinera de aguas dulces y saladas
pide que la recuerden en cada puerto
sufre de mirada clara y verbo redondo
compañera como pocas
cocinera con amor
de poco saca mucho, maga
conquistadora de celdas monacales
de pisos vacíos que la anhelan para ser llenados
adicta a las lucecitas, a lo que parpadea
al buen humor, a la buena música,
a todo lo que empieza por bueno y buena
portadora del virus habanero
ese que te llama y te tira y no te deja escapar
Idania que vuela, corre y va
Idus de marzo e Idus de octubre
especialista en desayunos, ejercicios y desbarajustes
de pasiones con ojos bien abiertos
retrato de la mujer que hoy tiene un sombrero
mi amiga
viernes, 22 de mayo de 2009
Entre la pena y la nada
Entre la pena y la nada elijo la pena.
William Faulkner, Las palmeras salvajes.
Para quien citó mal, pero me cobijó tanto, tantísimo.
Tenías razón, elegimos la pena, incluso el autor la eligió.
William Faulkner, Las palmeras salvajes.
Para quien citó mal, pero me cobijó tanto, tantísimo.
Tenías razón, elegimos la pena, incluso el autor la eligió.
jueves, 21 de mayo de 2009
vueltas y más vueltas
Una historia breve.
Por estos días hace un año que un amigo me escribió citándome a un gran autor, algo que ahora publico yo como una posible respuesta.
Cuando escribí acá la cita de Levrero no recordaba que él, mi amigo, ya me la había hecho leer.
Pensando en este tren circular que me hace bajar hoy en la misma estación que hace un año, trato de descifrarme. El tiempo me dibuja surcos. Cuando la leí por primera vez estoy segura de que la discutí, que me pareció tremendista, alejada de mis credos, de lo que necesitaba creer para vivir. Seguramente por eso no quedó registrada en mí. No se me incrustó. Hoy, un año después, se me presenta como una dolorosa respuesta que puede ser muy verdad.
Me conmueve de mí misma que siga quedando un pequeña sombra de duda y al terminar la cita escriba un ¿sí?
¡Qué marcas las de la vida!
Por estos días hace un año que un amigo me escribió citándome a un gran autor, algo que ahora publico yo como una posible respuesta.
Cuando escribí acá la cita de Levrero no recordaba que él, mi amigo, ya me la había hecho leer.
Pensando en este tren circular que me hace bajar hoy en la misma estación que hace un año, trato de descifrarme. El tiempo me dibuja surcos. Cuando la leí por primera vez estoy segura de que la discutí, que me pareció tremendista, alejada de mis credos, de lo que necesitaba creer para vivir. Seguramente por eso no quedó registrada en mí. No se me incrustó. Hoy, un año después, se me presenta como una dolorosa respuesta que puede ser muy verdad.
Me conmueve de mí misma que siga quedando un pequeña sombra de duda y al terminar la cita escriba un ¿sí?
¡Qué marcas las de la vida!
guía para tratar de sobrevivir
Desde los afectos, por Mario Benedetti
¿ Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo ?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
Que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma,
Que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar,
Que el odio y el amor son afectos
Que la agresión porque sí hiere mucho,
Que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse,
Que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen,
Que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias,
Que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida parte del sexo,
Que el "por qué" de los niños tiene un porque,
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
Que saber pedir no es regalarse,
Que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
Que para que alguien "sea" hay que ayudarlo,
Que ayudar es poder alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas,
Que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer,
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
Que se puede estar muerto en vida,
Que se siente con el cuerpo y la mente,
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse,
Que para no ser heridos levantamos muros,
Que quien siembra muros no recoge nada,
Que casi todos somos albañiles de muros,
Que sería mejor construir puentes,
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
Que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede ser avanzar,
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,
¿ Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida ?
lunes, 18 de mayo de 2009
Don Mario
Algunas veces me pregunté qué pasaría cuando se fuera...
con dientes apretados y puños cerrados dije que ese día todo sería más feo. ¿Qué haremos entonces? me pregunté...
Llueve en Montevideo. Efectivamente hoy todo es un poco más feo. LLueve en algún lugar de la república más al oriente del río Uruguay. La lluvia trata de limpiar nuestra tristeza.
Don Mario, el artífice de casi todo lo lindo, se fue.
Cuando pueda, cuando las lágrimas me dejen, cuando recupere el aliento, celebraré la alegría que él me mostró.
con dientes apretados y puños cerrados dije que ese día todo sería más feo. ¿Qué haremos entonces? me pregunté...
Llueve en Montevideo. Efectivamente hoy todo es un poco más feo. LLueve en algún lugar de la república más al oriente del río Uruguay. La lluvia trata de limpiar nuestra tristeza.
Don Mario, el artífice de casi todo lo lindo, se fue.
Cuando pueda, cuando las lágrimas me dejen, cuando recupere el aliento, celebraré la alegría que él me mostró.
martes, 12 de mayo de 2009
sólo voy a decir...
que hoy me he puesto una corbata y es como ponerme a mí misma en la prenda más absurda que jamás fue inventada
metáforas de la vida no cotidiana.
metáforas de la vida no cotidiana.
lunes, 11 de mayo de 2009
nadar, tensar, romper
yo nadeo, tú nadeas, nosotras nadeamos... nos hacemos nada
yo tenso, tu tensas, nosotras tensamos... somos un leve hilo tenso
yo me rompo, tú te rompes, nosotras nos rompemos... ya sólo somos pedazos
y después el viento que todo lo vuela y esta estúpida inercia de seguir.
yo tenso, tu tensas, nosotras tensamos... somos un leve hilo tenso
yo me rompo, tú te rompes, nosotras nos rompemos... ya sólo somos pedazos
y después el viento que todo lo vuela y esta estúpida inercia de seguir.
martes, 5 de mayo de 2009
frase célebre
insite una y otra vez el sr. Levrero en repetirme:
Si usted cambia esa naciente desesperación por una calmada desesperanza, habrá obtenido algo que muchos humanos anhelan.
¿Sí?
Levrero, Mario. París. 1980.
Si usted cambia esa naciente desesperación por una calmada desesperanza, habrá obtenido algo que muchos humanos anhelan.
¿Sí?
Levrero, Mario. París. 1980.
martes, 28 de abril de 2009
y sólo el silencio queda trás de tí...
viernes, 24 de abril de 2009
Papá...
ya nos alegramos al escucharnos, yo en mi mañana, tú en tu tardecita. No sé si lo descubriste en mi voz, que tan bien sabes descifrar. Por si acaso, te lo escribo, porque sé que eres el mejor lector de este lugar, así te lo escribo: hoy siento dolor, dolor por el abrazo que no te estoy dando. Has de saber que quisiera más que nada estar. Hoy, estar contigo. Y mis quieros y mis puedos no son la misma cosa y eso debe ser mi culpa. Y lo de siempre, te extraño mucho y muchas veces en mis días. Estoy orgullosa de ser tu hija. Proclamo tu nombre al viento para no olvidarme de dónde vengo. Esta noche brindaré a tu salud como te dije. Y te saldrá barato, prometido.
Feliz cumpleaños Papá.
Te quiere,
tu hija.
Pd. Firmo "tu hija" porque hace poco me respondiste por teléfono, "hola hija" y los problemas de raíz, identidad y pertenencia se resolvieron en un instante y bajo tu voz.
Feliz cumpleaños Papá.
Te quiere,
tu hija.
Pd. Firmo "tu hija" porque hace poco me respondiste por teléfono, "hola hija" y los problemas de raíz, identidad y pertenencia se resolvieron en un instante y bajo tu voz.
lunes, 6 de abril de 2009
tengo una pulga
Desde hace dos semanas, tras un viaje al hermoso y tranquilo campo del interior del paisito, tengo una pulga. Ella se subió sin preguntar. Primero se subió a mí y luego por inercia se subió al omnibus que me depositó de vuelta en Montevideo. Desde entonces mi vida es un infierno, me pica por todos lados, se escondé, aparece, me vuelve a picar. Tengo el cuerpo lleno de circulitos rojos, que pican y me hacen parecer un colador.
La semana pasada mientras dormía la sentí. La ira me invadió. Prendí la luz, eran las cuatro de la mañana. Me metí bajo las sábanas (a modo de tienda de campaña). La descubrí quietita en la sábana a los pies de la cama. No tenía escapatoria. Traté de agarrarla, saltó. Volví a tratar, volvió a saltar. Me desesperé, me abalancé sobre ella y ante la desesperación no me di cuenta de la abertura que dejé por donde ella finalmente escapó. Lancé improperios, me levanté, volteé el colchón, la busqué desesperada. Desapareció.
Pasan los días y yo como loca, miro en google remedios caseros anti pulgas, en mi caso anti-pulga, porque es una y ya nos conocemos las caras. Compro un inseticida para pulgas. Mascullo mi venganza. Rocío el sofá, el colchón, mi ropa, mientras observo como soldada victoriosa mi campo de batalla.
Llega el domingo. Miro una película. Me quedo dormida. Me despierta la música del final y una picazón. Levanto mi camiseta y de nuevo un reguero de marcas de picadura que escuecen y me hacen masticar el enojo.
Estoy demasiado dormida así que decido irme a la cama y seguir la lucha mañana.
LLega el lunes, desayuno, me siento a mirar mi correo cuando de repente vuelvo a sentirla. Levanto mi camiseta para verme el ombligo como quien está a punto de descubrir la prueba que le llevará a resolver el caso. Ahí está. Da unos cuantos saltos ante mi movimiento y finalmente se vuelve a posar en mis pantalones. Es ahora o nunca. Sigilosa, sin respirar, acerco mi dedo índice y mi dedo pulgar. ¡Te atrapé! La aprieto con todas mis fuerzas entre mis dedos, me asomo y sigue moviendo sus patas. Pienso en que tengo que aplastarla entre mis uñas pero me da miedo que al hacer el movimiento se me escape.
Piensa, piensa, piensa.... ¡ya está!, la voy a tirar al water. Voy al baño y como si fuera un pitcher de baysball la lanzo contra el agua del water. Se pone a nadar. Nada de ahogarse. A nadar. Tiro de la cadena una vez. Nada, ahí sigue, nadando. Tiro de la cadena otra vez, aún sabiendo que esto atenta contras leyes ecologistas vigentes. Nada, sigue haciendo crol. Voy a buscar el spray, lo hecho en el agua, sigue nadando.
Rozando mi victoria, aunque aún sin lograrla, decido llamar a alguien que me aliente. Esa es mi cubana preferida. Llamo a Ida:
- Ida, la atrapé
- Oigo, oigo...
- ¡Ida!
- Oigo
- ¡La atrapé!
- ¿Qué cosa?
- La pulga Ida, la pulga.
- Y ¿qué esta haciendo ahora?
- Ehhh, no sé, la dejé nadando en el water.
- Ve a ver.
- Bueno, luego te llamo.
Me dirijo al baño y descubro ante mi sorpresa que está escalando y a punto de alcanzar la cima del water y volver a mi vida. Nooooooooooooo, grito. Busco el spray, lo encuentro y sin piedad lo aplico insistentemente sobre su pequeño y maligno cuerpo. Va resvalando por el water, dejándose caer sin remedio hasta el agua. Sus patas empiezan a no poder moverse. Se hace un gurruñito, una diminuta bolita negra. Tiro de la cadena.
Gané. Mi cuerpo lleno de sus marcas atestigua que fui una gladiadora castigada, mas justa vencedora.
Ahora entiendo todos esos dibujitos en los que estos bichos fueron protagonistas y eran capaces de arruinar la vida de cualquiera.
Pulga, nada de simpático animal. Pulga maligna.
Aún me pica todo.
La semana pasada mientras dormía la sentí. La ira me invadió. Prendí la luz, eran las cuatro de la mañana. Me metí bajo las sábanas (a modo de tienda de campaña). La descubrí quietita en la sábana a los pies de la cama. No tenía escapatoria. Traté de agarrarla, saltó. Volví a tratar, volvió a saltar. Me desesperé, me abalancé sobre ella y ante la desesperación no me di cuenta de la abertura que dejé por donde ella finalmente escapó. Lancé improperios, me levanté, volteé el colchón, la busqué desesperada. Desapareció.
Pasan los días y yo como loca, miro en google remedios caseros anti pulgas, en mi caso anti-pulga, porque es una y ya nos conocemos las caras. Compro un inseticida para pulgas. Mascullo mi venganza. Rocío el sofá, el colchón, mi ropa, mientras observo como soldada victoriosa mi campo de batalla.
Llega el domingo. Miro una película. Me quedo dormida. Me despierta la música del final y una picazón. Levanto mi camiseta y de nuevo un reguero de marcas de picadura que escuecen y me hacen masticar el enojo.
Estoy demasiado dormida así que decido irme a la cama y seguir la lucha mañana.
LLega el lunes, desayuno, me siento a mirar mi correo cuando de repente vuelvo a sentirla. Levanto mi camiseta para verme el ombligo como quien está a punto de descubrir la prueba que le llevará a resolver el caso. Ahí está. Da unos cuantos saltos ante mi movimiento y finalmente se vuelve a posar en mis pantalones. Es ahora o nunca. Sigilosa, sin respirar, acerco mi dedo índice y mi dedo pulgar. ¡Te atrapé! La aprieto con todas mis fuerzas entre mis dedos, me asomo y sigue moviendo sus patas. Pienso en que tengo que aplastarla entre mis uñas pero me da miedo que al hacer el movimiento se me escape.
Piensa, piensa, piensa.... ¡ya está!, la voy a tirar al water. Voy al baño y como si fuera un pitcher de baysball la lanzo contra el agua del water. Se pone a nadar. Nada de ahogarse. A nadar. Tiro de la cadena una vez. Nada, ahí sigue, nadando. Tiro de la cadena otra vez, aún sabiendo que esto atenta contras leyes ecologistas vigentes. Nada, sigue haciendo crol. Voy a buscar el spray, lo hecho en el agua, sigue nadando.
Rozando mi victoria, aunque aún sin lograrla, decido llamar a alguien que me aliente. Esa es mi cubana preferida. Llamo a Ida:
- Ida, la atrapé
- Oigo, oigo...
- ¡Ida!
- Oigo
- ¡La atrapé!
- ¿Qué cosa?
- La pulga Ida, la pulga.
- Y ¿qué esta haciendo ahora?
- Ehhh, no sé, la dejé nadando en el water.
- Ve a ver.
- Bueno, luego te llamo.
Me dirijo al baño y descubro ante mi sorpresa que está escalando y a punto de alcanzar la cima del water y volver a mi vida. Nooooooooooooo, grito. Busco el spray, lo encuentro y sin piedad lo aplico insistentemente sobre su pequeño y maligno cuerpo. Va resvalando por el water, dejándose caer sin remedio hasta el agua. Sus patas empiezan a no poder moverse. Se hace un gurruñito, una diminuta bolita negra. Tiro de la cadena.
Gané. Mi cuerpo lleno de sus marcas atestigua que fui una gladiadora castigada, mas justa vencedora.
Ahora entiendo todos esos dibujitos en los que estos bichos fueron protagonistas y eran capaces de arruinar la vida de cualquiera.
Pulga, nada de simpático animal. Pulga maligna.
Aún me pica todo.
jueves, 2 de abril de 2009
del tiempo y otras medida relativas
Hoy es ayer.
Ayer es ayer.
Mañana es hoy que fue ayer.
La foto es ayer o quizá antes de ayer.
La música es otro día pasado.
Las letras tienen siglos. Incluso las que escribo son antiguas, ni hablar de las que leo.
Habito ¿habitamos? en el pasado continúo más pasado e insoportablemente continúo.
Mis medidas, mis recuerdos, lo que deseo, lo que anhelo, todo, es absolutamente ayer.
Cómo vas a preguntarme ¿qué voy a hacer? Eso pertenece a otro tiempo que no habré de conocer. Sólo creo saber un leve rayón del ayer. Y con eso debo ser.
Ayer es ayer.
Mañana es hoy que fue ayer.
La foto es ayer o quizá antes de ayer.
La música es otro día pasado.
Las letras tienen siglos. Incluso las que escribo son antiguas, ni hablar de las que leo.
Habito ¿habitamos? en el pasado continúo más pasado e insoportablemente continúo.
Mis medidas, mis recuerdos, lo que deseo, lo que anhelo, todo, es absolutamente ayer.
Cómo vas a preguntarme ¿qué voy a hacer? Eso pertenece a otro tiempo que no habré de conocer. Sólo creo saber un leve rayón del ayer. Y con eso debo ser.
martes, 31 de marzo de 2009
no digo nada...
porque estoy pensando y primero pienso y luego escribo
no digo nada porque no tengo nada para decir, sí mucho para pensar
no digo nada porque ya todo lo dice Levrero
no digo nada porque todo está en los libros
pero si tengo que decir algo, digo que de momento no digo nada
Pd. excepto y corroborando lo que ya dijeron: amigo é casa
no digo nada porque no tengo nada para decir, sí mucho para pensar
no digo nada porque ya todo lo dice Levrero
no digo nada porque todo está en los libros
pero si tengo que decir algo, digo que de momento no digo nada
Pd. excepto y corroborando lo que ya dijeron: amigo é casa
jueves, 19 de marzo de 2009
el hilo tira
¿quién habrá de tener la madeja?
en un mundo giratorio y reversible voy dando vueltas.
Se me ocurrió pensar el vacío y ahora no hay con qué llenarlo.
Soy efímera, un leve rayón, una "piada de Deus", tanta nada acumulada.
Y ahora decide, piensa y decide. Toca mover. Tu reina está atrapada. Tu caballo algo cansado para saltar. Tu rey es republicano. Queda tu peón. Él, haciendo despacito y desde abajo puede que te ayude.
Quizá al final la única solución posible es ser peón. Eso sí, un peón educativo.
¿Qué hora es?
en un mundo giratorio y reversible voy dando vueltas.
Se me ocurrió pensar el vacío y ahora no hay con qué llenarlo.
Soy efímera, un leve rayón, una "piada de Deus", tanta nada acumulada.
Y ahora decide, piensa y decide. Toca mover. Tu reina está atrapada. Tu caballo algo cansado para saltar. Tu rey es republicano. Queda tu peón. Él, haciendo despacito y desde abajo puede que te ayude.
Quizá al final la única solución posible es ser peón. Eso sí, un peón educativo.
¿Qué hora es?
martes, 17 de febrero de 2009
del color de las palabras
"Etcétera no es marrón sino del color de las liebres. No sé que haya palabras incoloras. Hay algunas palabras que tienen el color del agua. Como es el caso de alguien, ninguno, nueve, célula y antiguo. Siempre, moto, tenaza, nunca y atrás son negras. Indudablemente negras. ¿Verdad?"
Dr. Luis Alberto Rodríguez
(En mensaje de móvil a su hija Luisa)
Sublime.
Dr. Luis Alberto Rodríguez
(En mensaje de móvil a su hija Luisa)
Sublime.
viernes, 13 de febrero de 2009
citar a otros
sin duda, a veces es imprescindible...
"Amar apasionadamente sin ser correspondido es como ir en barco y marearse: tú te sientes morir pero a los demás les produces risa"
Alejandro Gándara
"Amar apasionadamente sin ser correspondido es como ir en barco y marearse: tú te sientes morir pero a los demás les produces risa"
Alejandro Gándara
jueves, 12 de febrero de 2009
recordando viejas canciones
Cerca del Amor
Pedro Guerra
una vez estuvo cerca del amor
de las alas y el misterio
de gustarse en el espejo
y esa vez no supo nada del dolor
por las calles y los versos
poco a poco fue creyendo
y el mar, la lluvia y los balcones oliendo a jazmín
y el libro de los besos y las flores con todo y por tí
pero dudó
otra vez estuvo cerca del amor
y las gentes y las caras
no existían ni contaban
y esa vez se hizo más fuerte y no dudó
y las horas encantadas
ni corrían ni pasaban
y el mar…
pero lloró
cuántas veces cerca
cerca del amor
casi lo tocó y lo acarició
y casi estuvo cerca
de abrazarlo y se escapó
una vez estuvo cerca del amor
si es que estuvo cerca del amor
luego fue que estuvo cerca del amor
y el futuro no pensado
se hizo enorme y hubo un árbol
y esa vez como un ángel no lloró
y el amor tomó su mano
y fue un niño y fue un anciano
y el mar…
pero temió
cuántas veces…
Pedro Guerra
una vez estuvo cerca del amor
de las alas y el misterio
de gustarse en el espejo
y esa vez no supo nada del dolor
por las calles y los versos
poco a poco fue creyendo
y el mar, la lluvia y los balcones oliendo a jazmín
y el libro de los besos y las flores con todo y por tí
pero dudó
otra vez estuvo cerca del amor
y las gentes y las caras
no existían ni contaban
y esa vez se hizo más fuerte y no dudó
y las horas encantadas
ni corrían ni pasaban
y el mar…
pero lloró
cuántas veces cerca
cerca del amor
casi lo tocó y lo acarició
y casi estuvo cerca
de abrazarlo y se escapó
una vez estuvo cerca del amor
si es que estuvo cerca del amor
luego fue que estuvo cerca del amor
y el futuro no pensado
se hizo enorme y hubo un árbol
y esa vez como un ángel no lloró
y el amor tomó su mano
y fue un niño y fue un anciano
y el mar…
pero temió
cuántas veces…
miércoles, 11 de febrero de 2009
en el periódico...
Una historia de amor entre dos koalas heridos por los incendios, y que han sido rescatados, ha llevado algo de consuelo a los australianos tras la oleada de fuegos que ha costado la vida a más de 180 personas.
La historia de la koala hembra Sam y su nuevo novio, Bob, salió a la luz después de que un bombero voluntario, Dave Tree, usara un teléfono móvil para filmar el rescate de Sam, que se hallaba en una zona carbonizada en un bosque de Mirboo Norte, a 150 al sureste de Melbourne.
Ya en el refugio de animales Sam ha conocido a su nuevo amigo, Bob. Pese a las heridas, se abrazan constantemente.
http://www.elpais.com/articulo/gente/ardiente/corazon/koala/vencio/llamas/Australia/elpepugen/20090211elpepuage_1/Tes
La historia de la koala hembra Sam y su nuevo novio, Bob, salió a la luz después de que un bombero voluntario, Dave Tree, usara un teléfono móvil para filmar el rescate de Sam, que se hallaba en una zona carbonizada en un bosque de Mirboo Norte, a 150 al sureste de Melbourne.
Ya en el refugio de animales Sam ha conocido a su nuevo amigo, Bob. Pese a las heridas, se abrazan constantemente.
http://www.elpais.com/articulo/gente/ardiente/corazon/koala/vencio/llamas/Australia/elpepugen/20090211elpepuage_1/Tes
miércoles, 28 de enero de 2009
lunes, 26 de enero de 2009
sábado, 24 de enero de 2009
Eduardo Galeano, a veces...
Plomo impune
Eduardo Galeano, Brecha (Montevideo)
Para justificarse, el terrorismo de estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.
Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.
Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelita usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina.
Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.
Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa.
No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.
Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros.
¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quien mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
La llamada comunidad internacional , ¿existe?
¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.
Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra.
Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas.
Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.
(Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró)
viernes, 23 de enero de 2009
para hoy, una hermosa canción
esta señora, que ha sido la dueña de nuestro propio hit del verano, hace canciones que son hermosas, sencillas y hermosas.
Dejo una que yo siento como un besito que alguien te da.
Espero que sea de su agrado. Pulse play.
Vambora (1998)
Adriana Calcanhotto
Entre por essa porta agora
e diga que me adora
Você tem meia hora
pra mudar a minha vida
Vem vambora
que o que você demora
é o que o tempo leva
Ainda tem o seu perfume pela casa
ainda tem você na sala
porque meu coração dispara
quando tem o seu cheiro
dentro de um livro
“ Dentro da noite veloz”
Ainda tem o seu perfume pela casa
ainda tem você na sala
porque meu coração dispara
quando tem o seu cheiro
dentro de um livro
na “Cinza das horas”
Dejo una que yo siento como un besito que alguien te da.
Espero que sea de su agrado. Pulse play.
Vambora (1998)
Adriana Calcanhotto
Entre por essa porta agora
e diga que me adora
Você tem meia hora
pra mudar a minha vida
Vem vambora
que o que você demora
é o que o tempo leva
Ainda tem o seu perfume pela casa
ainda tem você na sala
porque meu coração dispara
quando tem o seu cheiro
dentro de um livro
“ Dentro da noite veloz”
Ainda tem o seu perfume pela casa
ainda tem você na sala
porque meu coração dispara
quando tem o seu cheiro
dentro de um livro
na “Cinza das horas”
jueves, 22 de enero de 2009
cuando mamá cumple años
yo la llamo y le digo "felicidades mamá"
y vuelvo a no estar, pero estoy
y pienso en nosotras dos
madre e hija
yo sólo soy hija porque ella existe, sino no sería nada. Una salió de la otra. Es decir, yo salí de ella. Carne de su carne, para convertirme más tarde en su sudor, sus lágrimas y espero también que de vez en cuando su satisfacción.
y ahora lejos, seguimos siendo madre e hija, que se encuentran y desencuentran. Que pelean y se buscan. Que se necesitan.
y tenemos reproches, temores y también risas.
su risa, como su estornudo, es contundente y lo llena todo, no deja ni un huequito de la habitación sin impregnar de su carcajada.
Benévola, portadora de cariños hechos receta.
El espejo donde de vez en cuando me miro. El regazo que busco a mi manera para sentir que nada malo ha de pasarme si ella está.
Su trabajo es eterno. Firmó y parió y nunca más dejó de ser mi mamá.
Feliz cumpleaños.
miércoles, 21 de enero de 2009
ya está bien de vacaciones
No es fácil volver... aunque me gusta escribir. Por eso lo haré de a poquito.
Hoy diré:
saldadas quedaron las cuentas de cañas, sushi y vino dulce.
Madrid es hermoso y forma parte de mí, soy su hija a la que las fronteras le aprietan y debe ignorarlas, de ahí mi lejano destino.
Mis amigas del alma lo siguen siendo y así será por los siglos de los siglos.
Las extraño.
Soy coopropietaria de un coche heredado, junto con mi hermano lindo, lo cual me hace muy feliz, aunque me haría más feliz que el coche estuviera en Montevideo, pero eso es un detalle menor. No obstante sé que él, el gran Albertovsky, rey de la selva (entre otros lugares) lo cuidará y protegerá para que deje de gritar como un cochino jabalí.
El Cabo Polaco-Polonio me abrazó. Como dijera la gran Kramercita, primero te absorbe, luego te escupe.
Estoy en la fase escupida, que me trajo de vuelta a tareas montevideanas que me cuesta retomar.
Entre esas tareas está la nada desdeñable labor del darse cuenta, ¿de qué? pues de que estuve allí, abracé, me abrazaron y volví. ¿Parece fácil, no? pues nada fácil. Una vuelve cuando le da la gana y a este cuerpecito le ha dado la gana de volver 17 días después de que el avión aterrizara en el aeropuerto internacional de carrasco... vaya cosas... ya me explicaron, el tiempo no existe, medida irreal creada por locos pretenciosos que trataban de abarcar lo que no se puede... y luego quieren que entendamos, no hay nada que hacer, más que deshacer.
Crónica desordenada de persona desordenada. De a poquito Cristi, de a poquito.
Hoy diré:
saldadas quedaron las cuentas de cañas, sushi y vino dulce.
Madrid es hermoso y forma parte de mí, soy su hija a la que las fronteras le aprietan y debe ignorarlas, de ahí mi lejano destino.
Mis amigas del alma lo siguen siendo y así será por los siglos de los siglos.
Las extraño.
Soy coopropietaria de un coche heredado, junto con mi hermano lindo, lo cual me hace muy feliz, aunque me haría más feliz que el coche estuviera en Montevideo, pero eso es un detalle menor. No obstante sé que él, el gran Albertovsky, rey de la selva (entre otros lugares) lo cuidará y protegerá para que deje de gritar como un cochino jabalí.
El Cabo Polaco-Polonio me abrazó. Como dijera la gran Kramercita, primero te absorbe, luego te escupe.
Estoy en la fase escupida, que me trajo de vuelta a tareas montevideanas que me cuesta retomar.
Entre esas tareas está la nada desdeñable labor del darse cuenta, ¿de qué? pues de que estuve allí, abracé, me abrazaron y volví. ¿Parece fácil, no? pues nada fácil. Una vuelve cuando le da la gana y a este cuerpecito le ha dado la gana de volver 17 días después de que el avión aterrizara en el aeropuerto internacional de carrasco... vaya cosas... ya me explicaron, el tiempo no existe, medida irreal creada por locos pretenciosos que trataban de abarcar lo que no se puede... y luego quieren que entendamos, no hay nada que hacer, más que deshacer.
Crónica desordenada de persona desordenada. De a poquito Cristi, de a poquito.
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